Cedica, un espacio de aprendizaje sin barreras

Jóvenes con discapacidad leve y moderada, tienen un espacio para formarse e integrarse al área laboral.

Los estudiantes elaboran recetas de postres y comida tradicional.

Una siembra implica cuidado, paciencia y gran dedicación para tener una buena cosecha, y es así, como los alumnos del Centro de Desarrollo Integral y Capacitación Ocupacional, Cedica, se forman para ocupar fuentes de trabajo y ser independientes en la sociedad.

Hortalizas y plantas son parte de su huerta, en la que aprenden todo el proceso de siembra, y a la vez, les sirve para su consumo en el taller de cocina. Teresita Cabrera, coordinadora de Cedica, manifestó que, el centro está enfocado en la formación de personas con capacidades especiales, a través de talleres.

“Nos enmarcamos en dos temas importantes; habilidades para la vida diaria y la parte ocupacional. Los jóvenes aprenderán a desenvolverse por sí solos en las actividades cotidianas, y conocerán cómo trabajar en algunas áreas, estas serán en las que más se destaquen”, indicó Cabrera.

Los talleres son de gastronomía, arte terapia, agroecología, fotografía y comunicación digital. En cada tema, los estudiantes reciben las herramientas para ejecutar la acción que les exige el área en estudio. Esto va con la debida orientación de un equipo profesional.

Jennifer Alvarado, directora de Cedica, señaló que, el objetivo de la enseñanza es, promover a jóvenes independientes, que desarrollen sus potencialidades para que se integren en un campo laboral. “Nuestros jóvenes no deben ser diferenciados por sus capacidades especiales, sino más bien, sumados a un equipo de trabajo, porque están capacitados para rendir y ejercer”, señaló.

Modalidad

Las clases son de lunes a viernes, desde las 08h00 hasta las 13h00, tiempo en el que aprenden teoría y práctica de cada taller. Los martes y jueves tienen contacto con la naturaleza, realizan diseños de jardines y construcciones agroecológicos.
Cada acción o actividad, es adaptada de acuerdo a la complejidad del estudiante. “Se conoce los sueños de ellos, lo que desean aprender, y según su discapacidad, se adapta el aprendizaje. La finalidad es tener jóvenes felices y que tengan oportunidad laboral”, acotó Cabrera.

La fundación o centro nació hace tres meses, bajo el concepto de preparar a las personas con capacidades diferentes, para ser aceptados en empresas públicas y privadas. Esto, en base a la experiencia vivida por Jennifer, quien observó la realidad de su hermano Joaquín de 17 años, con síndrome de down, cuando estaba en otra escuela y la malla curricular no fue favorable para su aprendizaje.

Ahora, cuenta con tres estudiantes que son pioneros y ejemplo de desarrollo. Cedica abre sus puertas a personas con discapacidad leve y moderada, de 14 a 25 años de edad. Además, se trabaja también con los padres de familia, con los que tienen un grupo de apoyo. (OEM)