Penélope viajera

Jorge Dávila Vázquez

Rincón de Cultura

Ella, la reina mitológica de Ítaca, es el paradigma de la esposa constante, que espera incansable, 20 años, el retorno de su marido, el aventurero Ulises. Por supuesto, nunca deja su patria, y como le llueven pretendientes, les engaña, tejiendo durante el día una tela inacabable, que desteje en las noches: cuando termine, elegirá uno de estos violentos príncipes, ha dicho.
Ella, la joven madre, de Cuenca o de cualquier lugar del mundo, en mi obra de teatro, es también un modelo de esposa que espera sin cansarse a su propio Odiseo, que funge de chofer en la costa. Mi Penélopeno teje, borda, incansable una sábana, ornamento de lecho o mortaja. La pretenden algunos, a los que despacha inexorable, poseída de su inútil amor, que, sin embargo, la sostiene.
El monólogo lo estrenó el Grupo Vanguardia, dirigido por Iván Argudo, en Nueva York, en noviembre de 2013, protagonizado por la actriz dominicana Yolany Rodríguez.
El 1 de diciembre de 2015, en una función inolvidable, nuestra magnífica artista JUANA ESTRELLA, encarnó a Isabel, la Penélope cercana y familiar, por primera vez en el Ecuador, en el Teatro Sucre.
Isabel, al contrario de la reina mítica, viaja, va en busca de su marido, solo para descubrir, que hay otra mujer, pero ni esa desilusión evita que siga esperando al infiel. Y todo, en la versión de nuestra grande y versátil actriz, es cercano, conocido, tanto la forma expresiva que usa para narrar la historia de su personaje, cuanto las representaciones de conocidos, amigos, parientes, y hasta seres sobrenaturales (el fantasma de una amiga, el mismísimo demonio…).
Cada vez que Juana pisa un escenario con mi Penélope, tan suya, estoy seguro de que el público siente una honda emoción, debido a la gran dosis actoral que pone en la interpretación, sí, pero también a la calidez humana de la que satura al personaje, buscando siempre intensa comunión con los espectadores, rasgo característico de toda actriz verdadera.
Ella ha viajado largamente, llevando el personaje a diferentes sitios, dentro y fuera del Ecuador, y ahora van juntas a Honduras, esperemos que el auditorio centroamericano la acoja nuevamente, con su entrañable Isabel, cargada de sueños, afectos y recuerdos, con fraterno afecto y reconfortante aplauso. (O)