Un bello espectáculo musical

Jorge Dávila Vázquez

Rincón de Cultura

De jueves 23 a sábado 25 de enero, en el Teatro “Carlos Cueva Tamariz”, se escenificó el espectáculo musical SUITE, el mejor que hermos visto en Cuenca, en mucho tiempo.

Amigos, ustedes saben que, desde esta columna, comento para los lectores cuestiones de relevancia, y esta fue un disfrute del talento nacional y cuencano: buena música: Mozart, Verdi, Leoncavallo, Puccini, Saint Saens y Bizet; el Ballet Ecuatoriano, con sensacionales coreografías; estupendos y bien conducidos coro y orquesta Sinfónica de la Universidad de Cuenca. ¡Inolvidable conjunto de creaciones visuales, auditivas, estéticas!
Algunos desconfiaban de la mezcla entre melodías de grandes óperas y el desarrollo dancístico, pero la calidez y la calidad se fusionaron en la escena para complacer a todos los espectadores.
Héctor Sanzana es un director de escena y coreógrafo impresionante, cosechó para todos los que asistimos a este inolvidable despliegue artístico, la siembra de 40 años de sacrificios de Rubén Guarderas, al frente del Ballet Nacional del Ecuador. En mucho tiempo -desde la época casi mítica de bailarines y grupos de danza de Juan Carlos Rodas, concretamente- no habíamos admirado tanta excelencia dancística en solos, dúos y escenas de conjunto. La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Cuenca ha madurado, suena cada vez mejor, y se percibe claramente la mano hábil y enérgica de William Vergara. El Coro Polifónico de la Universidad de Cuenca no solo cantó, si no que tuvo bellas interpretaciones coreográficas, como la de las brujas de la ópera “Macbeth”. La disciplina, el gran amor a su tarea artística de Priscila Urgilés, puestos por obra con un grupo de gente joven, consagrada a lo coral, fueron dignos de admiración y aplauso.
Las puestas en escena de Sanzana, tan prfesionales e imaginativas -los efectos con grandes telas, poéticos, de belleza suma-, los dipositivos escenográficos y la iluminación manejados con soltura por los equipos técnicos del Ballet Nacional y del Teatro “Carlos Cueva”, el vestuario, la suma de detalles, todo contribuyó a la exitosa construcción de una gala artística de la que se hablará por mucho tiempo, y a cuyo suceso contribuyó, sin duda, el apoyo irrestricto de la Universidad de Cuenca. (O)