“Regreso a la Montaña Dorada”

Tito Astudillo y A.

La intensión de un grupo de moradores, de desaguar la laguna de Cochapamba en El Valle, porque según ellos, sin ningún estudio que lo sustente, el agua que aflora en la parte baja de la parroquia se filtra desde este espejo de agua, me llevó a recorrer la Loma del Tasqui y en sus faldas la mítica laguna, escenarios del poema “Regreso a la Montaña Dorada”, del poeta Rubén Astudillo y Astudillo.
Era medio día y una vez lograda la suspensión del desastre ambiental que se iniciaba con una gran máquina cortando y des-enraizando árboles para ensanchar y profundizar la quebrada, nos dirigimos a la vieja casa familiar, ahora abandonada y reandamos los pasos del poeta en su última visita a este lugar, perennizada en el poema “Regreso a la Montaña Dorada”, publicado en su obra póstuma, Regreso al Sol Negro, poema que se resuelve en tres momentos; reflexiones frente a la casa con su puerta cerrada, su soledad, los recuerdos y el reencuentro con los personajes de sus lecturas de niñez y adolescencia en la morada paterna, mundo mágico en el que todo es posible y los árboles y el entorno mutaban como en los sueños, así, un árbol de capulí en caballo para Artagnan acosado por los soldados de Richelieu; un segundo momento franquear la puerta e ingresar en la casa y su encuentro consigo mismo y la certeza de que nunca salió de ahí y que toda su vida fue una búsqueda de este instante; y el tercer momento abrir la puerta posterior, la que da a la laguna e iniciar el descenso, convencido de que para volver a vivir necesariamente debía comenzar a morir.
Este regreso, repentino, a la Montaña Dorada, más allá de lograr suspender un desastre ecológico, fue una oportunidad para recordar la poesía de Rubén Astudillo y Astudillo, en el lugar de su nacimiento, infancia y primera juventud, escenario recurrente en su poesía, a donde, desde su exilio por el mundo, fue una obsesión regresar un día. (O)