Suicidados

Ana Abad R.

Como si nos hubiéramos convertido de pronto en personajes de uno de los clásicos escenarios descritos en novelas y cuentos relatados bajo la fantástica creatividad de maestros de la narrativa policiaca, nos vemos envueltos en una serie de teorías para explicarnos los múltiples hechos acaecidos en la CRS de Turi que rebasan cualquier imaginación invocada desde el mundo literario. La improvisada piscina en una cancha de básquet pocos días después de haberse descubierto a seis personas colgadas en sus celdas con la intención de aparentar suicidios, ciento veinte cámaras de seguridad destruidas en un motín hacen algo más de seis meses sin haber sido ninguna reemplazada, funcionarios penitenciarios implicados en el ingreso de objetos y substancias prohibidas, decretos de “estados de emergencia” sin resultado alguno, más el déficit existente de guardias penitenciarios son tan sólo algunos detalles que nos muestran estructuras de poder paralelas al Estado ecuatoriano con un Gobierno que se ha visto desbordado en el control de las cárceles y, todo esto, mientras asistimos al asesinato de sicarios que son enterrados con disparos y armas en sus ataúdes. (O)