La semana arranca con relativa calma en las fronteras de Grecia con Turquía

La policía antidisturbios griega y las fuerzas del ejército observan el lanzamiento de gases lacrimógenos desde el lado turco en la frontera cerrada greco-turca en Kastanies, Orestiada, Grecia, hoy 7 de marzo de 2020. La tensión aumentó en Kastanies, Evros, donde los inmigrantes intentan ingresar a la UE.- EFE/DIMITRIS TOSIDIS

La frontera terrestre entre Grecia y Turquía vive hoy una jornada de relativa calma, sin apenas intentos de cruce de los miles de migrantes y refugiados apostados desde hace doce días en el cruce fronterizo de Kastaniés y en la verja que separa los dos países en un tramo de doce kilómetros.

En las islas la situación es parecida, sin ninguna llegada hoy a Lesbos y pocas al resto.

Según el informe oficial del Gobierno griego publicado este lunes, el domingo se registraron 1.646 intentos de cruzar ilegalmente la frontera y dos detenciones de personas que lo lograron.

Estas cifras están claramente por debajo de las de la semana pasada, cuando había entre 3.000 y 5.000 intentos diarios.

Desde el 1 de marzo, en que Turquía abrió la frontera terrestre, la policía fronteriza repelió 41.060 intentos de cruce y detuvo a 293 personas, según los datos del Gobierno griego, que contrastan con las cifras ofrecidas por el Ejecutivo de Ankara, que asegura que más de 100.000 personas han logrado entrar en Grecia.

Preparada para una presión migratoria que puede prolongarse durante mucho tiempo, Grecia ha empezado a acelerar los trabajos de ampliación de la valla que separa ambos países a lo largo del cauce del río Evros.

Según los medios locales, los trabajos para ampliar la verja de los 12,5 kilómetros actuales a unos 50 durarán tres meses y su coste se estima en entre 10 y 15 millones de euros.

A las patrullas de policías y ejército se han sumado en los últimos días grupos de ciudadanos que, armados con fusiles de caza, se han tomado la justicia por su mano, vigilan la frontera y agreden a migrantes y refugiados que intentan cruzar.

Esta iniciativa ha causado división en las filas conservadoras y mientras el ministro de Migración, Notis Mitarakis, ha felicitado esta «iniciativa ciudadana», el alcalde del pueblo fronterizo Orestiada pidió que paren inmediatamente estas patrullas.

En las islas las llegadas son mínimas, aparentemente no solo por el mal tiempo que está reinando en los últimos días en el mar Egeo, sino porque parece que se está aplicando la decisión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de hacer prevalecer en la frontera marítima el acuerdo migratorio con la Unión Europea.

En los últimos tres días llegaron apenas 72 personas en tres botes, dos a la isla de Quíos y uno a la de Cos. A Lesbos no ha arribado ni una sola barca desde el jueves pasado.

Mientras, continúa anclado en el puerto de Mitilene, la capital de Lesbos, el buque de la Armada griega convertido en albergue flotante que deberá trasladar al más de medio millar de migrantes que llegó a esta isla en los primeros días de la nueva crisis.

Por ahora no hay información sobre cuándo zarpará el navío, aunque lo que sí se sabe es que el destino final de este grupo será un centro cerrado en el norte de Grecia, donde permanecerán hasta su deportación a sus países de origen.

Según datos de Acnur, actualmente Grecia acoge a alrededor de 116.000 refugiados y migrantes, de los que 42.000 se encuentran en las islas del mar Egeo, en instalaciones con una capacidad de alojamiento para apenas 6.800 personas. EFE