Traer agua de Sígsig; opción ante escasez

Esta es una segunda entrega, a propósito de la celebración este 22 de marzo del Día Mundial del Agua, sobre los planes y proyectos que se prevén ejecutar en Cuenca para enfrentar la escasez del agua potable, pronosticada para 2030.

La Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA EP), del Municipio de Cuenca, como la principal proveedora de este servicio, además del represamiento de la laguna Dos Chorreras, tiene otro gran proyecto: el Moya.

Agustín Rengel, director de Proyectos de la Unidad Ejecutora de ETAPA EP, explicó que este consiste en captar unos 200 litros por segundo (l/s) de agua del río Moya, que está en el cantón Sígsig, en la provincia de Azuay.

Esto servirá para abastecer a la población de parroquias rurales como: Santa Ana, Quingeo, Cumbe y Tarqui, que actualmente no disponen del líquido vital o que reciben el suministro de sistemas comunitarios.

A decir de Rengel junto con el Moya hay otros como el Negro y el Molón que tienen caudales elevados, entre 70 y 80 metros cúbicos por segundo (m³/s), y que van hacia la vertiente oriental: al Amazonas, y que no tienen casi ningún uso.

El objetivo de ETAPA EP es construir una conducción de unos 90 kilómetros (km) para traer el agua de estos afluentes. Una de las principales dificultades es que se debe vencer un desnivel de 2.000 metros (m).

De acuerdo con las estimaciones de ETAPA EP, si se logra transportar cinco m³/s esto no afectará al caudal normal y ayudará en gran medida a cubrir el déficit que tiene el territorio cuencano y servir a por lo menos unas 70.000 personas.

Esto porque los cálculos de ETAPA EP dan cuenta de que para los años 2030 y 2040 esta empresa tendrá requerimientos no inferiores a los tres m³/s del líquido vital, para solventan las necesidades de los habitantes.

Rengel señala que este proyecto permitirá implementar incluso una planta de potabilización regional para servir a cantones como Gualaceo y Paute, de Azuay, y Azogues y Biblián, en la provincia de Cañar.

El técnico estima que Cuenca en 2060 llegará a tener cerca de dos millones de habitantes, por lo que es necesario aprovechar las nuevas fuentes de agua que se han identificado.

Marco Morales, dirigente comunitario de Quingeo, indica que en esta zona hay al menos 20 sistemas de agua, dos son de ETAPA: Pillachiquir y Monjas, mientras que el resto pertenece a sistemas comunitarios.

Morales dice que algunos de los vecinos incluso tienen que caminar más de cuatro km por día para abastecerse de este elemento, principalmente, en las épocas de sequía.

Patricio Bueno, líder barrial de Santa Ana, coincide con Morales en cuanto a que es urgente la dotación de agua para estas zonas, dado que la escasez de este provocada problemas de insalubridad.

Quizá en la parte urbana no se siente la falta de agua, pero en nuestras comunidades ya se siente desde hace varios años y eso incluso afecta a la producción que sale del campo a las ciudades…”, menciona.

Ruth Urgilés, quien es ingeniera ambiental y ambientalista, explica que una encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) concluyó que solo el 22% de los hogares en Cuenca hace alguna práctica de ahorro agua potable.

Con esto esta ciudad es la cuarta del país en prácticas para economizar el líquido vital; la primera es Quito, con un 33,8%; la segunda es Ambato (28,0%); la tercera Guayaquil (23,5%) y la quinta Machala (16%).

Búsqueda de agua subterránea en el río Tarqui

Miguel Durazno, ingeniero civil, quien tiene una especialización en hidrología, explica que una de las alternativas ante la escasez de agua potable, pronosticada para 2030, es la búsqueda de agua subterránea.

Durazno detalla que la cuenca del río Tarqui, que tiene unos 475 kilómetros cuadras (km²) de extensión y una pluviosidad similar a la de la cuenca del Yanuncay, es en donde se cree que hay un gran acuífero.

Su caudal promedio es de entre tres y cuatro metros cúbicos por segundo (m³/s) en la superfice, pero se estima que a nivel subterraneo se podría conseguir unos 250 litros por segundo (l/s) del líquido vital.

A decir de Durazno, a unos 25 km de la Estación de Cumbe, en las zonas bajas de la cuenca del Tarqui, se ha identificado gran cantidad de ojos de agua y lagunas, y allí hay la mayor probabilidad de que haya agua sub superficial y subterránea.

Indica que esta se trata de una cuenca Andina que es parte de la subcuenca alta del río Paute cuyas aguas corren hacia el este y conforma la red de afluentes de la vertiente atlántica.

El río Tarqui tiene una precipitación anual de entre 1.100 y 1.300 milímetros (mm) y comprende un 13% de área de páramo, a diferente del Yanuncay, que alcanza casi un 70%

Los principales afluentes del Tarqui son los ríos Portete, Cumbe, Zhucay, Tutupali y San Agustín. Allí están las áreas de bosque y vegetación protectora de: Yunga Totorillas, Yanuncay Irquis, Sunsun Yanasacha.

De acuerdo con Durazno, el Gobierno Provincial del Azuay ha hecho una serie de perforaciones en esta cuenca para monitorear las aguas subterráneas, y que los datos obtenidos, aunque son positivos, aún resultan insuficientes.

El Programa para el Manejo del Agua y del Suelo (PROMAS), de la Universidad de Cuenca, también ha hecho una serie de estudios al respecto, con lo que hay importante información básica para nuevas investigaciones.

Por eso recomienda que la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA EP), del Municipio de Cuenca, instale una red de monitoreo para obtener datos con mayor precisión.