Naturalidad asombrosa

Hernán Abad Rodas

Cuando consideramos el estado actual del mundo, los desastres que se producen con tanta frecuencia, las pandemias y los datos científicos que predicen nuevas calamidades, no podemos sino preguntarnos si la humanidad sobrevivirá en el siglo XXI.
El problema es difícil, pero en modo alguno imposible de resolver. Para llegar a mejoras de dimensiones generales, cada ciudadano debería examinar rigurosamente su vida cotidiana y evitar todos los actos que pudieran contribuir a difundir la polución, la contaminación bacteriana, viral etc. Debemos adquirir conciencia de que los efectos acumulados de nuestros pequeños actos de la vida diaria pueden determinar un desastre general y pueden hasta privar a nuestros descendientes del derecho a la existencia.
En relación con el coronavirus: los virus son más antiguos que la misma humanidad, no importa el nombre que le pongan a cada tipo, cepa o mutación. En la misma Antártida tenemos cientos de virus en animación suspendida, esperando que se derrita el hielo.
Lo importante es una buena alimentación con descanso nocturno adecuado y el control de los pensamientos negativos: odio o estrés deprimen el sistema inmunológico.
Lo que nos preocupa en nuestro país en general, con las debidas excepciones; es el bajo conocimiento del aseo personal, hay pereza de lavarse las manos, incluso bañarse, en los buses urbanos, la persona de atrás le estornuda a la que va adelante: la desinfección de los asientos de los buses, del tubo y del piso no se la ve a menudo.
Muchas personas no usan los pañuelos cuando tienen algún problema respiratorio, les preocupa más tener un enorme surtido de gorras en su closet y no desprenderse de su celular. Se escupe en la calle con una NATURALIDAD ASOMBROSA, se saluda a cada rato con la mano, se toca todo tipo de manubrios, teclado de cajeros y luego se rasca los ojos, cuentan y huelen los billetes; si se cae una fruta al suelo, le soplan para limpiarla y luego la degluten; confunden al verter líquidos en sistemas de aguas lluvias y de las aguas servidas, incluso se vierte pinturas, aceite o líquido de batería al sistema de agua lluvias etc.
Es importante hacer consciencia de la higiene personal, para no repetir la triste historia de la peste bubónica o cualquier otra enfermedad de fácil propagación. Nuestro planeta sufre un deterioro muy grave, arriesgando la supervivencia de una gran parte de la humanidad. (O)