Durante la Edad Media, la “Muerte Negra”, la peste bubónica contagió a millones en Europa. En algunas ciudades pereció más de la mitad de población. Para algunos fue el signo del fin de los tiempos, como en el profético libro bíblico del Apocalisis. Con esta base, Igmar Bergman produjo “El séptimo sello” película sobre epidemias y la muerte.
Ambientada en esa ápoca, muestra el drama de la epidemia y el miedo a morir. Un soldado se encuentra con la muerte personificada y pacta con ella un juego de ajedrez: viviría mientras no sea derrotado, de lo contrario ella tomaría su vida y la de quienes lo rodean.
Entre los dos hay reflexiones sobre lo que hay después de la vida. “Por qué la cruel imposibilidad de alcanzar a Dios con nuestros sentidos, porqué se nos esconde en una oscura nebulosa de promesas… qué va a ser de los que queremos creer y no podemos” dice el protagonista. “Nadie puede vivir mirando a la muerte y sabiendo que camina hacia la nada”.
“El nuevo día nos amenaza…sentimos que nos va a ocurrir algo y no sabemos qué es, acaso el juicio final”, dicen los miembros de una familia que tratan de escapar de la peste y la muerte que los persigue.
El soldado, mientras juega con la muerte, trata de distraerla para que no vea a la familia que huye, la muerte lo consciente, pero solo para al final visitar al soldado, rodeado de su propia familia. (AVB)-(I)
