Epigrafía

María Eugenia Moscoso C.

Un tema singular para un estudio sostenido, es el de la epigrafía. Y claro que Cuenca ofrece –tal como constatamos en la sugerente publicación de Felipe Díaz Heredia-  múltiples muestras en inscripciones o grabados, entendidos al decir de su autor, como “escritos sobre” y encontrados en distintos escenarios de la ciudad.

La palabra Epigrafía viene del griego “epigraphé” traducida como inscripción; llegó al latín moderno como epigraphia y al castellano como epigrafía, voz que constituye un fundamental apoyo para la filología, la arqueología y la historia -justo cuando nos aprestamos a celebrar 200 años de nuestra Independencia-. La epigrafía aporta con numerosos datos para la investigación y el estudio, datos que tendrán enorme validez y deberán estar ubicados en superficies duras, como monumentos, crucifijos y esculturas, picotas, piletas, bustos, pórticos, piedras y lápidas, vitrales, campanas, medallas, billetes, inscripciones y otras superficies válidas en donde se habrán de colocar estas inscripciones.

Este enorme trabajo bibliográfico se presenta tan mágico como informativo. Toda la historia de Cuenca se inscribe a través de formas y figuras que ornamentan nuestra ciudad y sus distintos lugares cívicos. Esta dimensión epigráfica emerge y permite acrecentar mayor ilustración para los ciudadanos, en torno a la historia de Cuenca de los Cuatro Ríos. (O)