¿Controles dirigidos?

Gerardo Maldonado Zeas

OPINIÓN|
Los señores de la CTE no quieren aceptar los mandatos del COE nacional y cantonal. Ellos trabajan por su lado, y mientras la EMOV respeta las decisiones respecto a los salvoconductos los señores que generalmente pasan en los sectores periféricos empiezan a multar a diestra y siniestra, sobre todo a los taxistas.

La teoría del control de los vehículos es manipulada de manera particular por ellos. El país necesita salir de la crisis en orden, por eso se establecieron los semáforos, con la idea de que se vuelva a la normalidad paulatinamente. Pero ellos tienen su propia ley.

Mientras los emprendedores, negocios pequeños, y de hecho las grandes empresas hacen esfuerzos supremos para mantenerse vigentes, de manera irracional, dirigida, los funcionarios de la CTE hacen hasta lo imposible para molestar a empleados y trabajadores que buscan ganarse la vida. Ellos tienen su propia versión para interpretar los salvoconductos; cuando quieren molestan porque están dos personas en el vehículo y piden los permisos de las dos personas y el automotor. Pero inclusive cuando todo está en orden, buscan cualquier pretexto para sancionar. Ahora se han dedicado a abrir todos los cajones de los vehículos que transportan materias primas o productos de entrega a domicilio, cuyas labores se realizan a las horas más difíciles.

El jueves pasado desde Narancay hasta el distribuidor de Jadán habían más de veinte motos y grupos de 5 a 10 personas deteniendo a todo el mundo, desaforados, quien sabe con qué objetivos. La ciudadanía ya vive cansada de esta persecución de funcionarios que en su mayoría son la de la costa, y pensaban como dicen los vecinos que mientras ocurría esta pandemia ellos estaban en su casa bien guardados, pero no…. reaparecieron y con furia.

Una sociedad que busca el orden acata las decisiones de las entidades de control. Nadie pide el imperio del desorden, pero la persecución a los ciudadanos honrados jamás se tolerará. Me enteré de que varias personas se aprestan a denunciar a los malos funcionarios. Bien hecho. (O)