“El dinero va por delante”

Hernan Deleg Pacheco

OPINIÓN|

El futuro no se puede predecir, y la opulencia por delante no siempre es sinónimo de prosperidad de un Estado sin convivir en armonía con la naturaleza viva; porque ahora mismo solo tenemos una cosa en la cabeza, con este confinamiento: el ansia de libertad, de trabajar, de estudiar, de abrir sus negocios… y poco nos preocupamos de lo que sucede en su conjunto con el Estado, con la naturaleza viva en su ecosistema y, sabiendo que cuando se destruye un ecosistema se rompe una serie de equilibrios que interactúan para contener los agentes infecciosos responsable de enfermedades, porque se evapora por  el “efecto dilución”.

Este efecto permite que en un ecosistema donde existen muchas especies susceptibles de alojar un virus concreto. Y esto no es la única manera de disipar una enfermedad, pues los depredadores, de un hábitat sano controlan las poblaciones que albergan y transmiten el patógeno, y hay menos posibilidades que circule e impiden la expansión de variedades víricas.

Un aspecto clave para la ecología, es la observancia de las especies que actúan como depósitos de virus que son “generalistas”, es decir sobreviven cuando hay una pérdida de biodiversidad, tienen un ciclo vital acelerado, se multiplican rápido y aguantan las perturbaciones. “Los animales más especializados, los que tienen un ciclo de vida más lento y los depredadores desparecen de áreas alteradas”. La destrucción de sus hábitats, les permite medrar y con ellos sus patógenos que lo albergan. ¿Cuál es su destino?

Lo que se avecina no se puede predecir, ojala pueda reprocharme, dentro de unos meses que me equivocado, pero la gravedad de nuestra casa común no se percibe ni de lejos. La biodiversidad sostiene la salud planetaria, y no el «Dinero». (O)