Protestas en la pandemia

Análisis político Marco Salamea Córdova

OPINIÓN|

Desde hace unos días diversas organizaciones sociales y sectores ciudadanos han vuelto a protestar en las calles de las principales ciudades del país, siendo Cuenca una ellas. A pesar de que la pandemia del coronavirus genera temor y puede desalentar las protestas, personas que pertenecen a diversos conglomerados sociales han salido a marchas y plantones, dirigidos especialmente en contra del Gobierno y sus políticas.

Organizaciones laborales como el FUT, estudiantes y docentes universitarios, empleados públicos despedidos, profesores, jubilados, militares retirados, vendedores informales, etc. son, entre otros, sectores que han hecho oír sus reclamos e inconformidad frente a diversas medidas gubernamentales que los afectan.

Estas protestas, sin embargo, no han llegado ni llegarán a tener la fuerza de las movilizaciones de octubre. Y esto por varias razones.

En primer lugar, no ha habido como detonante una medida económica antipopular fuerte, que signifique una afectación al bolsillo de la mayoría de la población, como si se dio en octubre con la eliminación general de los subsidios a los combustibles. Si bien ahora el Gobierno eliminó dicho subsidio y liberalizó su precio, la afectación no se ha dado porque la baja enorme en los precios del petróleo ha determinado más bien que, por ahora, los precios de los combustibles bajen un poco; amén de que cuando el petróleo suba, y con esto también los combustibles, el Gobierno ha anunciado una política de subsidios focalizados.

En segundo lugar, la determinación de la CONAIE da priorizar en este momento el cuidado de la salud de las comunidades, y de posponer cualquier movilización o levantamiento, también ha quitado fuerza a la protesta social; pues recordemos que en octubre el gran protagonista de esta fue precisamente el movimiento indígena.

En tercer lugar, la cercanía del proceso electoral también en un factor que relaja el nivel de protesta, ya que un sector de la ciudadanía esperaría más bien una salida, a su difícil situación económica y social, a través de la elección de un nuevo Presidente de la República.

A todo esto, se suma el recelo y temor de otro sector poblacional que, a pesar de estar inconforme con el régimen, le lleva a inhibirse de protestar en las calles. (O)