«Necesitamos volver al barrio»

Andrès Ugalde

.- ¿Cómo pintaría usted la debacle económica del pueblo llano y sencillo a raíz de la pandemia?

Creo que esta es, probablemente, la crisis económica más grave de la historia del Ecuador. Es una crisis que este rato supera mucho a la que vivimos por el feriado bancario.

Se estima que la pérdida del Ecuador es de casi de 6 mil millones de dólares. Una pérdida que le encuentra al Ecuador, además, en plena crisis petrolera.

Y esto, en la gente, en el pueblo, se traduce en dos grandes tragedias:

Por un lado, la pérdida de empleo que, según la CEPAL, podría llegar a un 10 % adicional a la tasa de desempleo que ya veníamos manejando.

Por otro, una precarización del empleo. Mucha gente va perdiendo sus empleos formales en las fábricas, comercios, instituciones, y empieza a trabajar en lo que pueda…

.- ¿Quiere decir que se nos viene un mayor comercio informal?

Sí, por supuesto. Ecuador, antes de la pandemia tenía ya una economía sumamente informal. Las cifras a veces en la economía son un poco mentirosas. Entonces, por ahí, durante el correísmo hicieron un cálculo con el que más que bajar el desempleo, lo que hicieron es modificar el cómo se calculaba.

Y ahora, claro, el Ecuador tiene alrededor de un 10 % de desempleo, pero tiene casi un 40 % de subempleo o de empleo no adecuado; es decir, personas que antes les decíamos subempleadas y ahora decimos empleo no adecuado.

Son personas que venden algo en la calle. Las que trabajan pocas horas, a destajo, no están afiliadas al Seguro. Están en una vulnerabilidad económica preocupante.

En realidad, menos de 5 de cada 10 ecuatorianos tiene empleo adecuado, con afiliación al Seguro. Eso se va a precarizar ahora.

.- ¿Qué puede hacer, en ese panorama, el Estado y también los gobiernos más cercanos a la gente que son los Municipios?

Por un lado, el Estado lo que debería hacer este rato es mantener la liquidez en la economía. Esta no es una crisis de activos; es decir, no es que las empresas están perdiendo inventarios, perdiendo sus equipos. Lo que pasa es que es una crisis artificial de liquidez, porque la gente no puede salir a la calle a comprar y a consumir. Ese es el gran problema.

Lo que el Estado debe hacer es, uno, dar soluciones tributarias. Buscar que la gente no pague impuestos, o darle facilidades para que pague después.

Dos, el Estado debe invertir muchísimo en darle a la gente poder adquisitivo; que el ciudadano tenga plata en el bolsillo, incentivando mecanismos de absorción del empleo rápido, preocupándose del agro, que los campesinos vendan lo que producen, incentivando a las empresas para que no reduzcan la nómina. Esto es fundamental. Precautelar el empleo.

Darle crédito a las empresas para que no tengan que reducir la nómina, porque la verdadera tragedia viene de la empresa y del comercio que, al no vender, no puede sostener la nómina, y pide a la gente que salga del trabajo.

.- Pero eso está pasando…

Creo que el Estado está perdido. Creo que el gobierno nacional ha cumplido un rol triste. Está totalmente desubicado. Hemos ido en sentido contrario…

.- ¿Cómo es eso?

Fíjese una cosa: mientras los demás países de la región dejaban de pagar deuda externa, Ecuador pagó 325 millones de dólares y en plena crisis sanitaria, cuando necesitábamos comprar pruebas para ver la salud de la gente.

Y tenemos reducción del empleo, del salario. Hay una medida que reduce el salario de los servidores públicos. Y hay otras medidas concretas que afectan a toda la economía, y eso es absurdo…

.- La gente no tiene poder adquisitivo, le falta dinero

Si yo reduzco el salario de la gente le quito poder adquisitivo. Si lo que se necesita este rato, cuando volvamos al semáforo en verde o ahora mismo en amarillo, es que la gente salga a comprar, salga en busca del emprendedor que tenía una cafetería chiquita y le compre…; que vaya a la boutique y compre siquiera un par de zapatos, que busque al campesino y le compre lo que siembra en su chacra.

Pero si reducen el salario se logra lo contrario; es decir, que la gente se apriete aún más el cinturón y no compre nada. Eso es muy grave.

.- Menos dinero, menos consumo

Exacto. Y lo que se quiere es exactamente lo contrario. Qué debería hacer el Estado: no tocar los sueldos. Decirle a la gente: no te voy a cobrar el impuesto a la renta, te voy a dar un periodo de gracia en el IESS, lo que sea necesario para que la gente tenga unos dólares más en el bolsillo, salga y compre.

Y, ojo, después que esa compra no vaya a los grandes comercios.

Creo que esta pandemia nos enseña una cosa, y esto es importante: nos devuelve al barrio…

.-¿ A la tienda de la esquina?

A la tienda de la esquina. Le digo una cosa: no podemos decir que la pandemia tenga efectos positivos, pero sí creo que va a cambiar nuestra forma de entender la vida.

Yo no creo que mañana volvamos a ver en el patio de comidas de un moll a 3 mil personas comiendo, porque no se va a poder.

Creo que ya esta lógica del gran supermercado, en el que se hacía la cola de espera, no va a repetirse por varios motivos, comenzando por el transporte…

La economía se va a volver de nuevo más local. Y, de hecho, los expertos en el mundo entero dicen eso: necesitamos volver al barrio, revitalizar el barrio.

El que está sufriendo no es el gran comercio, el gran supermercado que tiene filiales en todo el país. El que está sufriendo es quien tiene el minimercado en la esquina, que antes vendía 100 dólares y ahora vende 20 al día.

.- Y a esa preocupación se suma la de la gente que se quedó sin trabajo, de la gente a la que se le mermó el sueldo. ¿Está esa gente destinada apenas a sobrevivir?

Creo que a esa gente le va a tocar momentos muy duros. La gente sabe que quien se queda sin empleo este rato es más que una tragedia, porque conseguir empleo es muy difícil.

Si bien habrá algunas empresas que ya por responsabilidad sostengan la nómina y no saquen gente, serán contadas con los dedos de una mano las empresas que estén contratando.

Ese es justamente el rol que debería haber cumplido el Estado. Desafortunadamente, como digo, hemos tenido un gobierno sin norte, que ha pasado durante toda la pandemia dando tumbos sin saber a dónde, y ha tomado medidas absurdas…

.- ¿Qué pudo hacer, qué debió hacer?

Lo que debió hacer es proteger los empleos. Decirle al empresario, sabes qué: te voy a dar el crédito con facilidad de pago, te voy a facilitar, te voy a dejar de cobrar impuestos; a hacer lo que tenga que hacer a cambio de que tú no reduzcas tu nómina, no recortes personal.

Eso es lo que ha hecho el resto de países del mundo. Lo está haciendo Italia por ejemplo. Toda Europa.

Aquí hacemos lo contrario. Le gravamos las utilidades a la empresa, le subimos los impuestos, les recortamos los sueldos a empleados y trabajadores. Es decir, como decían coloquialmente los abuelos: tras piedras, palos…

.- ¿No cree que se nos viene una explosión social?

Bueno, creo que si es que no se toman medidas concretas para reabsorber el tema del empleo, de alguna manera, sí.

Una de las grandes características de la crisis por el desempleo, cuando sube demasiado el desempleo, como dice la CEPAL un incremento de 10 puntos, usualmente se traduce en una crisis social, en una crisis de inseguridad…

.- Usted ha presentado un proyecto de ordenanza municipal para revitalizar en algo la economía local. En concreto ¿a qué apunta su iniciativa?

Apunta a solucionar en algo, a hacer aquí lo que el Estado no hizo, que es facilitar el tema de los impuestos y tomar medidas que estimulen la economía. Así de fácil.

La ordenanza para la Reactivación Económica y Protección del Empleo, espera el primer debate en el Concejo Cantonal.

Busca dos objetivos: facilitar el pago de tributos municipales, generando periodos de gracia, permitiendo que la gente pague cuando vuelva a tener dinero en el bolsillo, cuando usted y yo podamos salir a la calle y de nuevo ganar algo de dinero.

En ese momento que el Municipio le cobre, pero no este rato, cuando no tiene ni un centavo.

Vamos a generar periodos de gracia y luego pagos escalonados para todos los servicios, menos los predios porque estos ya se pagaron.

Pero sí, patentes, el 1×1000 de activos totales, la tasa de recolección de basura, la tasa de revisión técnica vehicular, los servicios de agua potable, de internet, de telefonía, las contribuciones especiales por mejoras.

.- ¿Será para todos en general?

No es para toda la ciudadanía. Eso vale aclarar, porque también es cierto que hay personas que, de alguna manera, no han sufrido tanto en esta pandemia.

Hay los grandes comercios, por ejemplo, que no solamente que no han sufrido sino que han ganado más. A ellos no hay porqué darles ningún tipo de excepción.

Pero sí a quienes han tenido familiares con COVID, a familias donde hay miembros que perdieron su empleo o se les redujo su salario en al menos un 50 %, a las empresas, microempresas sobre todo, que han visto reducirse su facturación en al menos un 50 %. Al que se dedica a su ejercicio profesional, también.

También estamos reconociendo con varias facilidades de pago a toda empresa que ha hecho el sacrificio valiente de no despedir a sus trabajadores y ha sostenido su nómina durante la pandemia. El Municipio le va a reconocer con muchísimas facilidades, prórrogas y excensiones incluso en el tema de impuestos.

Hay también medidas de estímulo. En la AEDEC buscamos lanzar el sello de prioridad, etiqueta de prioridad, para todas las marcas, las pequeñas boutiques, los pequeños productores, los agricultores.

Se quiere reinsertarles en las cadenas de producción, en el gran comercio, etc., es decir, que sean los primeros a los que se les va a comprar de nuevo, los primeros en reactivarse…

Estamos disponiéndole al Municipio que, en cuanto la ley lo permita, todo lo que es contratación de profesionales para construcción de obra pública, contratación de servicios, compras de insumos para el Municipio, se las haga estrictamente con profesionales y empresas de Cuenca. Que, por ahora, no lo hagamos fuera de la ciudad, del país, sino a la gente de la ciudad…

PERFIL

Andrés Ugalde Vázquez:

Economista por la UDA. Maestría y doctorado en Administración de Empresas. Articulista en El Mercurio. Catedrático en la UDA.

PENSAMIENTO

«La economía se va a volver de nuevo más local. Y, de hecho, los expertos en el mundo entero dicen eso: necesitamos volver al barrio, revitalizar el barrio».