Ex presidentes iberoamericanos piden olvidar ideologías para salir de la crisis

El presidente argentino, Alberto Fernández. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

Varios ex presidentes iberoamericanos pidieron este jueves dejar de lado las ideologías políticas, así como más colaboración, unión e integración entre los países para poder salir más rápido y mejor de la crisis que dejará la pandemia.

En un encuentro telemático, ex mandatarios de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Uruguay debatieron junto al presidente de Argentina, Alberto Fernández, y la secretaria general iberoamericana sobre el momento que atraviesa América Latina, uno de los mayores epicentros de la crisis sanitaria que ya deja más de 80.000 muertos en la región.

Consideraron que la ideología está impidiendo que la región dé una respuesta más unitaria a la crisis y pidieron más diálogo e intercambio de experiencias así como otorgar más peso a los organismos internacionales para salir de ella.

El mandatario argentino cerró la conversación lanzando el desafío de «tratar de pensar en qué mundo queremos construir después de tanto dolor que nos dejó la pandemia«.

«Tenemos que pensar en el daño medioambiental que durante décadas le hicimos al mundo, ¿el mundo que se viene va a seguir soportando esa lógica?», reflexionó.

«DESIDEOLOGIZAR» LA REGIÓN

Varios ex mandatarios hicieron referencia al obstáculo que supone la confrontación ideológica entre los países latinoamericanos para una mejor gestión de la pandemia.

«El concepto de integración nunca había sido tan importante y nunca estuvimos más desintegrados como estamos hoy«, lamentó el ex presidente de Colombia Ernesto Samper, quien recordó que en la propia charla había dirigentes de diferentes ideologías «que nunca dejaron de hablarse» cuando estuvieron al frente de sus países.

El ex mandatario boliviano Carlos Mesa pidió romper la «lógica de amigos y enemigos, de derecha e izquierda», que a su juicio no debería ser «un referente para marcar la construcción de los espacios de integración». “No vamos a salir de la pandemia sobre un clima de confrontación», afirmó.

Asimismo, Jamil Mahuad, ex mandatario de Ecuador, recordó el diálogo que según dijo se daba en las antiguas Cumbres Iberoamericanas donde «había mucho respeto y mucha relación personal que permitió resolver muchos problemas» a pesar de que «a veces» eran «ideológicamente opuestos».

LA PANDEMIA LLEGA A UNA AMÉRICA LATINA DESUNIDA

La Covid-19 llegó a América Latina cuando sus instituciones se encuentran «con una verdadero desprestigio«, denunció el ex presidente chileno Eduardo Frei, quien lamentó la falta de colaboración entre las naciones latinoamericanas.

«En América Latina no hay ninguna colaboración, ayer por primera vez hablaron los presidentes de Chile y Argentina y tenemos 4.000 kilómetros de frontera«, criticó.

El mexicano Vicente Fox dijo que esta crisis vino a «exhibirnos frente a nuestros problemas» y aseguró que una vez pasada la pandemia «la humanidad va a regresar a lo básico, a hacer lo que hacía” y exhortó “corregir lo corregible y fortalecer lo que veníamos construyendo”.

Por su lado, el panameño Arístides Royo se preguntó por qué Europa «con tan diferentes idiomas y procedencias» pudo unirse en una organización como la Unión Europea y sin embargo América Latina no logra una herramienta de integración así y lleva “200 años de soledad”, señaló.

El uruguayo Luis Alberto Lacalle opinó que cada país es «un mundo» pero a pesar de ello «lo que va a haber que hacer es comerciar«, para lo que pidió «derribar barreras» y defender la libertad de comercio «porque va a traer prosperidad».

La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, lamentó que América Latina sea el «epicentro» actual de la pandemia, cuando, donde «una de cada dos personas que fallecen por coronavirus es latinoamericana».

«No tenemos dudas de que el imperativo moral y ético es salvar vidas, pero ese imperativo ha de extenderse para darle a la población las medidas para protegerlos de la enfermedad», matizó al tiempo que advirtió de que la pandemia «no afecta por igual a todos» sino que «profundiza las desigualdades estructurales» ya existentes.