Pilas

Aurelio Maldonado Aguilar

OPINIÓN|

Muchos de mis artículos fustigan la corrupción más escalofriante que vive la nación con intención de buscar conciencia y redención. Nunca fueron tan evidente tejes y manejes en trama urdida de verdaderos ladrones que intentan a toda costa encaramarse en el poder para hacer de las suyas en desmedro del pueblo, que increíblemente y de manera patética, cree en estas alimañas y vota por ellos, encumbrándolos al sitio perfecto para la rapiña. Es momento de ponerse pilas luego de enterarnos fehacientemente y hasta el hartazgo de robos a todo nivel, pues se acercan elecciones y sin estar consientes ni preparados, volveremos a caer, según todo lo indica, en el juego de votaciones que continúen nuestro despeñadero. Sobreprecios en obras del estado incluso en cosas sagradas como manejos de hospitales y pruebas para la pandemia, fundas de cadáveres, diezmos de asambleístas, abusos de autoridad, recomendaciones, pipones, embajadas para familiares e íntimos, cuotas de poder, cuentas bancarias fraudulentas en paraísos fiscales y la amalgama más nutrida de sinvergüencerías, son telaraña donde se defienden unos a otros y nada sucede a pesar de que, fiscalía y justicia, intentan erguirse con esfuerzo para castigar los variopintos delitos. Al pueblo llano e ignaro que lastimosamente pone autoridades con su voto, parece no importarle nada más que figura, sonrisa o fama de encubiertos delincuentes que presentan candidaturas y ganan. Ejemplo exacto es el de “pestañita” Morales que muere súbitamente señalado como corrupto y ladrón con grillete en el pie y que como buen futbolista cambió de camiseta las veces que fueron necesarias para ganar poder y sin embargo es despedido con honores por buena multitud de barcelonistas que le recuerdan como una gran ataja penales. ¿Cómo es posible que fueran candidatos a presidentes personajes reñidos con la dignidad como Dalito y Espinel, preso hoy por ladrón? ¿Cómo es posible que gente de alta jerarquía y probada idoneidad no estén candidatizadas ni quieran participar por miedo a enlodarse? Tomemos conciencia que, estando ocupados y repletos de corrupción como pan del día y que el nuevo suceso hace olvidar el anterior, existen movimientos intestinos para tratar de ganar fraudulentamente las cercanas elecciones. El CNE con miembros de mayoría, encubridores enquistados del ladrón de Bélgica, mantienen partidos políticos -entre ellos el del prófugo-que deberían haber sido eliminados por incumplimiento constitucional e intentan poner personajes expertos en fraudes para lograr volver al poder al verdadero cáncer del país, la robolución ciudadana. (O)