S.O.S. Amazonía

Ana Abad R.

OPINIÓN|

Mi capacidad de imaginación se ve limitada, mi corazón se estremece hasta el punto de las lágrimas mientras me invade una sensación de profundo dolor ante la tragedia humana y ambiental que están viviendo miles y miles de indígenas, luego de más de setenta y cinco días de ocurrido el más grande derrame petrolero sufrido en la historia extractivista reciente del país, en abril, en los ríos Coca y Napo. El impacto del derrame estaría afectando a su crítica situación de sobrevivencia. Es alarmante, sin agua segura, la salud de mujeres, niños, niñas y adolescentes debido al efecto de la contaminación, así como a la presencia de la COVID-19 y del dengue, mientras, ni los ministerios ni el sistema de justicia protegen a las víctimas, pese al juicio establecido contra el Estado ecuatoriano. La Amazonía sólo existe para expoliar sus recursos y los indígenas para postales folclóricas en esta inequitativa, racista y excluyente sociedad ecuatoriana. El pusilánime Gobierno de Moreno deberá enfrentar el juicio de la historia frente a un Genocidio en marcha, como ha calificado Monseñor Adalberto Jiménez, arzobispo del Vicariato de Aguarico, a la situación que viven los pueblos amazónicos. (O)