Nuevas restricciones

 EDITORIAL|

La vigencia de nuevas restricciones o más bien dicho el retorno a aquellas que estaban vigentes para combatir la pandemia, es parte de una falta de respuesta adecuada de algunos sectores de la ciudadanía. Para todos es conocido que la conducta de mucha gente se relajó con lo que se denomina cambio de semáforo. Reuniones sociales, como si nada pasara, retorno a aglomeraciones con pretexto de hacer deporte o libar en espacios públicos a toda hora, se volvieron lamentablemente conductas frecuentes en muchas personas. Como resultado de esa falta de responsabilidad, crecieron los niveles de contagio, saturando los centros de salud tanto públicos como privados.

Hemos insistido frecuentemente en que la vida de la comunidad no depende solamente de lo que hagan o dejen de hacer las autoridades locales o nacionales. Ciertamente es fundamental la obra y la acción de esas autoridades elegidas para conducir la ciudad o el país, según el caso. Pero ese accionar tiene límites y uno de ellos es la conducta de la ciudadanía. Si es que no hay colaboración ciudadana, sobre todo en casos como el actual de presencia de una pandemia, poco puede esperarse. La tarea de prevención del contagio es responsabilidad de la ciudadanía. Si ella no asume esa responsabilidad poco pueden hacer las autoridades.

Los datos que el Alcalde de Cuenca ha proporcionado a través del COE hablan mucho de que las responsabilidades ciudadanas desmayaron en amplios sectores. Según esas informaciones, el veinte y cinco por ciento no usa mascarillas protectoras, por ejemplo. Y no los usa no porque no las tenga sino por falta de responsabilidad. Usar mascarilla, mantener el distanciamiento social y lavarse frecuentemente las manos, no son tareas del otro mundo y sin embargo son las que se pide que la gente cumpla. Y lamentablemente no están siendo cumplidas. Ello genera nuevas restricciones que son necesarias pero que afectarán a una  ya maltrecha economía.