OPINIÓN|
Hace muy pocas madrugadas, Kabir Montesinos fue a Illincocha a tomar fotos de las aves que allí habitan cuando vio una construcción a pocos metros de la laguna y el agua de la misma de un color extraño. Al formular algunas preguntas, los guardianes le exigieron que se retire manifestándole que ese lugar pertenece al Cuerpo de Bomberos de Cuenca. Indignado, alertó por redes sociales sobre el atropello a este ecosistema, suscitando un sinnúmero de protestas.
El Parque Nacional del Cajas (PNC) es una de las 50 áreas protegidas dentro del país, cobijando a 152 especies de aves –algunas en peligro de extinción-, siendo la laguna de Illincocha uno de los lugares predilectos por los ornitólogos y observadores de aves. Esta particularidad junto a la captación de agua en sus humedales y provisión a zonas aledañas, permitió que el PNC sea reconocido, en el 2002, como un sitio Ramsar. Para los que no sabíamos su significado, Ramsar es una ciudad iraní a orillas del mar Caspio en donde, en 1971, se firmó el convenio que protege a los humedales de importancia internacional.
Es lamentable habernos enterado por medio de una denuncia ciudadana y no por parte de las autoridades, sobre el daño ambiental en Illincocha. ¿Qué hubiera pasado si no denunciaban? ¿Nuestras autoridades no vislumbraron las nefastas e irreversibles consecuencias que ocasionaría “cortar la cinta” de una construcción en un zona protegida y, después de iniciado el proyecto, enterarse recién del impacto ambiental causado en aquel lugar? El gerente de Etapa dijo, aunque tardíamente, que esta infraestructura debe ser demolida. Esperamos que esta propuesta no quede sólo en palabras. Hay que aclarar que Etapa no detuvo la obra, pero sí realizó un informe negativo sobre la misma. El departamento de Control Urbano del Municipio es el que detiene la obra por no contar con el permiso de construcción, ni con un estudio de impacto ambiental.
En una emisora local, la representante del Ministerio del Ambiente de la zona 6 concedió una entrevista deplorable. Señaló a su antecesora como la responsable de la firma del comodato entre los bomberos y el ministerio, asegurando que en él se manifiesta que las aguas residuales no irían a la laguna. La señora no sabe dónde está parada.
Continuamos con la telaraña… (O)
