¿Qué haremos sin ellos?

Tito Astudillo y A.

OPINIÓN|

En el marco de la Pandemia que nos aflige, el pintor español Juan Lucena, creó un cuadro que ha conmovido por su mensaje de ternura, se llama: ¿Qué haremos sin ellos?; en homenaje a las personas mayores que han fallecido de Covid-19, y se fueron sin poder despedir, como ha manifestado el autor, quien, además, ha iniciado una campaña para reunir fondos destinados a combatir la enfermedad que afecta a la humanidad y que tiene especial afinidad por los ancianos, a quienes se les llora en ausencia absoluta.

En gran formato, impresionan dos mundos separados por un cristal, en el superior una procesión de ancianos en ascenso: cabezas canas, espaldas encorvadas, trajes de diario, pasos lentos, una abuela sobre su andador que vuelve el rostro buscando algo o a alguien; abajo unos niños que buscan tras el cristal, se lee en sus rostros la angustia que los separa. Conmovedor, por decir lo menos, pero esperanzador también, porque en la escena se siente el amor que fluye entre estos dos mundos, el de los abuelos y el de los nietos, complicidad de la devoción mutua y alianza que totaliza la continuidad de la vida. Orfandad de por medio. El mensaje está en nuestra imaginación y sensibilidad, porque, cada uno ve una obra de arte desde lo que es capaz de sentir y comprender; pero entra por los ojos, un clamor, un llamamiento, una súplica: ¡no dejemos ir los abuelos!

Todos podemos y debemos hacer algo, por ese sector de la sociedad que tanto significa en nuestra existencia y en el de los niños especialmente, en el contexto de la pandemia, algo que, fundamentalmente se resume en el cumplimiento de un protocolo elemental que se resuelve en: quedarse en casa, usar mascarilla, distanciamiento social, lavado de las manos, con agua y jabón, las veces necesarias y, ejercicio físico diario. Así cuidándonos cuidamos a los demás y a nuestros abuelos preferentemente. (O)