La sífilis pudo propagarse por Europa antes de que Colón descubriera América

Foto: Radio Montercarlo

El origen de la sífilis, una enfermedad de transmisión sexual que hizo estragos en Europa desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII, sigue siendo un tema controvertido para la ciencia y, mientras unos defienden que la enfermedad ya existía en el viejo continente, otros sostienen que llegó a Europa con la tripulación de Cristóbal Colón.

Recientemente, un estudio del Instituto Max-Planck de Ciencias de la Historia Humana liderado por el arqueogenetista Johannes Krause, analizó los restos de tres esclavos negros que fueron utilizados por los españoles como mano de obra en América. Dos de ellos sufrían pian, una enfermedad causada por una subespecie de la bacteria Treponema pallidum, la misma que provoca la sífilis entre otras enfermedades.

El trabajo planteaba que el comercio de esclavos pudo haber introducido esas y otras enfermedades en América Latina durante los inicios del periodo colonial, y aconsejaba ampliar el catálogo de antiguos genomas de Treponema para reconstruir el árbol genealógico de esta bacteria y comprender el origen, la coevolución y la adaptación de este patógeno en los humanos.

Hoy, una investigación realizada por científicos del Instituto de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zurich (Suiza) y publicada en Current Biology, plantea la posibilidad «razonable» de que el Treponema pallidum estuviera en Europa antes de que Cristóbal Colón partiera a América.

Coordinados por la paleogenetista Kerttu Majander, los investigadores encontraron treponematosis (infecciones causadas por el Treponema) en restos humanos arqueológicos de Finlandia, Estonia y los Países Bajos datados desde principios del XV (antes del descubrimiento de América) hasta el bien entrado el siglo XVIII.

Además de casos de sífilis, también encontraron patógenos de pian, una enfermedad que se transmite por contacto con la piel (y raramente por contactos sexuales), y que hoy en día solo se da en regiones tropicales y subtropicales.

«Nuestros datos indican que el pian se propagó por toda Europa. No se limitaba a los trópicos, como ocurre hoy en día», afirma Verena Schünemann, profesora de paleogenética en el Instituto de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zurich.

Además, el equipo de investigación también descubrió que los restos del esqueleto encontrado en los Países Bajos contenían un patógeno con un linaje treponémico nuevo desconocido hasta ahora, un linaje que evolucionó en paralelo a la sífilis y al pian, y que ya ha desaparecido (ya no causa enfermedades en la actualidad).

«Este descubrimiento imprevisto es particularmente emocionante para nosotros, porque este linaje es genéticamente similar a todas las subespecies treponémicas actuales, pero también tiene cualidades únicas que difieren de ellas», destaca Kerttu Majander.

El estudio determina que dado que en toda Europa existían varias subespecies de Treponema pallidum muy relacionadas entre sí, es posible que las enfermedades persistieran en regiones superpuestas, y que a veces infectaran al mismo paciente.

Además, la distribución por el norte de Europa también sugiere que las treponematosas endémicas ya se habían propagado ampliamente por Europa a principios de la era moderna.

«Usando nuestros antiguos genomas, ahora es posible por primera vez aplicar una datación más fiable al árbol genealógico de la familia Treponema», explica Schünemann.

Los análisis genéticos realizados en este estudio sugieren que el predecesor de todas las subespecies modernas de Treponema pallidum probablemente tiene unos 2.500 años y que el de la sífilis venérea existió entre los siglos XII y XVI.

Así pues, dada la diversidad de treponematosis recientemente descubierta a principios de la Europa moderna, la sífilis puede haberse originado o quizás desarrollado más en el Viejo Mundo, por lo que «el primer brote de sífilis conocido no puede atribuirse únicamente a los viajes de Colón a América», puntualiza Schünemann.

«Las cepas de treponematosas pueden haber coevolucionado e intercambiado material genético antes y durante los contactos intercontinentales», concluye la investigadora.

Hoy en día, aunque no hay vacuna contra la sífilis, la enfermedad cuenta con tratamientos modernos que la curan rápidamente, si bien, en las últimas décadas, se está propagando a un ritmo alarmante.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de diez millones de personas en el mundo se infectan cada año con la bacteria Treponema pallidum. EFE