OPINIÓN|
En tratándose de Premios y Condecoraciones, la humana naturaleza es muy veleidosa; y algunos de ellos han caído en relativismo, tal como ocurre con LOS NOBEL en determinados casos ya célebres.
Valgan como ejemplos más recientes, el Nobel de Literatura para el cantautor norteamericano Bob Dylan, el Nobel de la Paz para un presidente, igualmente de USA, que, si bien consiguió importantes logros sociales, su adjudicación causó encendidas polémicas. En el pasado, OTRO NOBEL DE LITERATURA fue discernido a favor de WINSTON CHURCHILL; mientras que JAMES JOYCE, UNAMUNO, ORTEGA ni siquiera fueron candidatos, a diferencia de BORGES quien tampoco lo obtuvo.
El Premio Nacional EUGENIO ESPEJO, de Ecuador, instituido el 16.08.1975 en el gobierno de Rodríguez Lara, como reconocimiento a LA ACTIVIDAD CULTURAL, se inauguró ese mismo año con BENJAMÍN CARRIÓN, en la categoría de LETRAS. Se lo adjudicaba, además, en Artes, Gestión o Promoción Cultural, y, en Ciencias.
A la fecha, ha vuelto a ser bianual, y las menciones son sólo tres: Literatura, Arte, Ciencia; habiendo sido, por lo general, discernido con Justicia. En el presente año, el 9 de agosto del 2020, el presidente de la República, de entre las ternas presentadas por el Consejo Nacional de Cultura (¡ sobre un gran total de 199 candidatos !), eligió a JUAN VALDANO, ÁLVARO MANZANO y KATYA ROMOLEREUX, respectivamente.
JUAN VALDANO MOREJÓN, cuencano nacido en 1939, es uno de los más sólidos y representativos intelectuales de la patria actual: narrador de cuentos y novelas, ensayista literario y de temas ecuatorianos, crítico de arte, profesor universitario, académico de la Lengua; personaje de notables cualidades, además de intelectuales, humanas.
¡Felicitaciones al dilecto amigo! (O)
