EDITORIAL|
El gobierno acaba de anunciar una nueva etapa dentro del proyecto de la lucha contra el Covid -19. En lo fundamental, se fundamenta en confiar en que la gente se cuide por su cuenta sin la intervención de las fuerzas de seguridad ni restricciones como las que están vigentes en el tema de movilidad. Un nuevo estado de excepción que permita seguir en el estado actual, ya no es posible por razones constitucionales ha señalado el régimen y por lo tanto deben ser los ciudadanos los que se encarguen de tomar las precauciones necesarias para evitar que los contagios sigan creciendo.
Esta nueva etapa se iniciará a mediados del próximo mes de septiembre y tiene importantes cambios con respecto a la situación actual. Elimina el toque de queda y se suspenden las restricciones en la circulación vehicular que hasta ahora ha estado ligada al número de placa. Al no existir esas restricciones ya no es necesaria la presencia de Policía y Fuerzas Armadas para hacer cumplir esas disposiciones. En esas nuevas circunstancias, temas fundamentales como distanciamiento social y uso obligado de mascarilla, quedan liberados a la decisión de cada persona que verá si cumple o no con esas medidas de seguridad.
Las medidas tienen como fundamento a las normas constitucionales que imposibilitan mantener el actual de estado de excepción, pero también atienden aun cuando no se haya dicho al pedido de sectores productivos para dar una mayor amplitud que permita reactivar una economía en pleno desplome. Reactivar la economía es fundamental pero también lo es cuidar de la salud. Es obvio que con la experiencia vivida un buen porcentaje de gente no respetará los cuidados básicos. En ese contexto los gobiernos locales y sobre todo los municipios deben tomar medidas como la denomina placa y pico y otras restricciones que son fundamentales para evitar que los contagios crezcan explosivamente y lleven a una crisis mayor.
