“Yo si me cuido”

Se anuncia que en unos días más se retornará a la normalidad, entendida como el ordenamiento social, respaldado por normas jurídicas, de las actividades humanas, ya que no es posible continuar con el estado de excepción. Nuestra condición de animales sociales ha hecho que no podamos vivir en aislamiento sino formando parte de organizaciones sociales, formales e informales, que se realizan fuera del hogar para el trabajo, la educación y, en buena medida la distracción. La pandemia que agrede al mundo ha hecho que se haga una excepción temporal para disminuir los contagios, pero esta condición excepcional no puede convertirse en normal ni prolongarse indefinidamente.

El aislamiento hogareño ha mostrado las consecuencias negativas en la vida colectiva que tendremos que enfrentar. La intervención del Estado ha contribuido a mitigar la contaminación, pero toca ahora que cada persona, en sus distintas actividades, asuma con responsabilidad estas pautas de distanciamiento social. Si los seres humanos somos responsables en cuanto podemos tomar decisiones y organizar nuestras vidas, esta capacidad no puede depender tan solo de los poderes públicos sino de la práctica de nuestro comportamiento individual. Esta reiniciación de la normalidad es un reto a la responsabilidad individua que beneficiará no sólo a cada individuo sino también a los otros.

Al ser dinámica la sociedad, en la historia se han dado innumerables cambios a los que hemos tenido –a gusto o disgusto- que adaptarnos. Uno de los resultados de nuestra capacidad de razonar es la capacidad de adaptación al entorno natural y social de nuestras vidas. La rutina es cómoda, pero tenemos que superarla para beneficio colectivo. Comentarios positivos y negativos se han hecho sobre este confinamiento a los hogares; diversas informaciones hay sobre los insumos médicos para combatir al COVID-19 pero, que retornar al orden establecido. Se va a poner a prueba la responsabilidad individual. Esperamos que sea exitosa.