Paraguay lleva ante la ONU sus problemas de violencia interna

El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, expuso ante la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas los problemas de violencia interna que padece su país, tras el secuestro del exvicepresidente Óscar Denis por parte de la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), hace dos semanas.

Abdo Benítez también denunció ante la Asamblea General de la ONU la utilización y el adoctrinamiento de menores por parte de estos grupos, después de que dos niñas de 11 años fueran abatidas a comienzos de septiembre en un enfrentamiento entre el EPP y la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).

«Condenamos enérgicamente el terrorismo y a los grupos criminales que utilizan niños y adolescentes como escudos humanos para protegerse (…). Niños que deberían estar en sus hogares son hoy utilizados por delincuentes que recurren al secuestro, la extorsión y el narcotráfico para mantenerse», expresó el presidente paraguayo.

El mandatario prometió «proteger a los habitantes» de su país y no descansar hasta que caiga sobre los guerrilleros «todo el peso de la ley».

Además, invitó a todos los organismos internacionales a verificar las acciones de Paraguay, que actúa «con transparencia y apegado siempre a la legalidad», después de que la muerte de las dos niñas generara inquietud a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

EL DESAFÍO DEL CORONAVIRUS

Aunque Paraguay es uno de los países menos castigados por el coronavirus, con 705 muertos hasta la fecha, Abdo Benítez reconoció el «dolor e incertidumbre» que está dejando, con pérdidas de vidas e impacto en los sistemas sanitarios y en las economías de todo el mundo.

El presidente señaló que «ningún país estaba preparado para esto», y señaló la destrucción de empleo, el endeudamiento de los países y de las dificultades de pago de los compromisos financieros.

Ante esta situación, pidió a los organismos financieros multilaterales que consideren el rediseño «de sus estrategias para fomentar la reactivación económica con una mirada más humana, solidaria y extraordinaria».

También apeló a la solidaridad «constante» y a cambiar el modo de hacer las cosas, porque de esta crisis, a la que se refirió como una de las «grandes pruebas de la humanidad», no se saldrá igual.

RENOVACIÓN DEL CONSEJO DE SEGURIDAD Y RECONOCIMIENTO DE TAIWÁN

Como han pedido otros países a lo largo de esta 75ª Asamblea General, Paraguay también solicitó «una transformación del Consejo de Seguridad» para hacerlo «más inclusivo y apto ante las amenazas» internacionales.

El órgano está actualmente compuesto por 15 miembros, cinco fijos (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia; reflejo del esquema del poder en el momento de la creación de la ONU, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial) y diez miembros no permanentes.

Abdo Benítez también aseguró que su país seguirá «contribuyendo con contingentes para las Operaciones de Mantenimiento de Paz».

En su repaso de la situación internacional, el presidente paraguayo mostró una vez más su apoyo a Taiwán, con el que mantiene relaciones diplomáticas desde hace 63 años.

«Sobre la base del principio de universalidad que caracteriza a esta organización, apoyamos la solicitud de Taiwán de ser incluido en el sistema de Naciones Unidas», manifestó el mandatario paraguayo ante la Asamblea.

Paraguay es, junto con Guatemala, el único aliado en Latinoamérica que le queda a la isla, ya que desde 2016 varios antiguos socios han optado por romper sus relaciones con la isla en favor de China, entre ellos Panamá, República Dominicana y El Salvador.

El presidente de Paraguay también celebró el establecimiento de relaciones diplomáticas de Israel con Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin, tras la firma de unos acuerdos a mediados de mes, con el aval de Estados Unidos.

Abdo Benítez calificó como «histórico» este acuerdo y expresó su deseo de que «estos nuevos vínculos contribuyan a la paz y a la prosperidad en Oriente Medio».

Como viene haciendo desde el comienzo de su mandato, el paraguayo expresó una vez más su solidaridad con Venezuela y recordó ante la Asamblea General de la ONU que «la diáspora venezolana es la segunda mayor del mundo».

«Expreso una vez más mi solidaridad con el sufrimiento del pueblo venezolano y el Paraguay seguirá apoyando las denuncias internacionales contra las violaciones de los Derechos Humanos en Venezuela», agregó el mandatario paraguayo.

MULTILATERALISMO Y AGENDA 2030

Abdo Benítez defendió la «profundización del multilateralismno» como una herramienta para dar una respuesta unida a los problemas comunes, como la protección de los derechos humanos o la lucha contra el cambio climático.

Así, Paraguay manifestó su apego a la Agenda 2030 como una «hoja de ruta» para dejar «un mundo más equitativo para las próximas generaciones».

El paraguayo también se mostró partidario de impulsar el «comercio internacional basado en principios y reglas» como un seguro para lograr «beneficios mutuos para las economías y las sociedades».

Además, defendió «la pronta firma» del acuerdo entre el la Unión Europea y el Mercosur, en vilo tras el rechazo de Francia, y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés).

Como país sin salida al mar, el presidente también recordó los «desafíos particulares» de estos estados sin litoral y abogó por la «la implementación efectiva del programa de Acción de Viena». EFE