Presencia del mundo andino

No podemos imaginar a cada cultura subsistiendo sin saber nada de las otras, como si el mundo fuera un vasto deseo de economías de auto subsistencia, repitiendo incansablemente sus códigos, sus relaciones internas; especialmente en los momentos actuales, cuando el sistema capitalismo de acuerdo con la lógica de la transnacionalización cultural y económica, esta modelando los hábitos y las practicas, las formas de conciencia y de vida de las culturas populares. En América Latina, su hegemonía, además de basarse en la división de clases, maneja en los países multiétnicos la fragmentación cultural, la división entre lo económico y simbólico, la ruptura del individuo con su marco comunitario inmediato, internalizando su “estilo de vida”, aún en las sociedades más recónditas de la serranía para lanzarlas al vértigo del consumismo. Cuando un pueblo debe elegir entre costumbres y valores antagónicos surgen los interrogantes y las dudas, el anhelo de retorno a una situación perdida y la incredulidad en símbolos, tradiciones y creencias ancestrales, que poco a poco van siendo despojados de su sentido original “¿hasta cuándo podrán seguir reconociéndose en lo que hacen?”. Presencia del Mundo Mestizo en el Ecuador: su filiación al mundo quichua, solo los hombres jóvenes y niñas escolarizadas son bilingües: la trenza en los hombres, el vestuario, especialmente en las mujeres el mito de “Taita Carnaval”, que desciende cada año desde las montañas con un enorme sombrero de cuero de buey. El Hawa y el Uko que corresponde a la bipartición; Hanan-Hurin. La chicha como bebida ritual que se ingiere en los momentos más importantes del ciclo agrícola o vital, los ritos fúnebres con acompañamiento velación y despedida. El juego del “huairo” un rito fúnebre como el cambio del lugar de las pertenecías del difunto y el lavado de sus prendas al quinto día de la muerte “para que el alma no se regrese a medio camino y se enfríe y purifique”