¿Pidió perdón?

Eliécer Cárdenas E.

_ ¿Escuchaste el perdón público que ofreció, con mascarilla para más señas, el ex ministro Alecksey como parte de la condena que recibió, antes de recuperar la libertad?

_ Sí, pero era un perdón que no parecía perdón solicitado, sino más bien una proclama de inocencia, ya que el ex funcionario dijo previamente que lo han acusado injustamente, pese a lo cual solicita un perdón, cosa que ni el mismo lo creyó, ya que, en estricta lógica aristotélica, si alguien no cree en algo, como en este caso su culpabilidad, no hay razón para que pida perdón.

_ Bueno, nuestras leyes exigen a los sentenciados por casos de corrupción que pidan el debido perdón a la ciudadanía, que en última instancia es la eterna perjudicada de estos bochornosos casos. Pero como la ciudadanía es una especie de ente abstracto, de la cual los malos políticos y los malos funcionarios le hacen un verdadero “trapo de cocina”, que más da pedir o no perdón a una entelequia como es la ciudadanía, según las abstracciones jurídicas vigentes.

_ Claro, Alecksey ante las cámaras, ni siquiera se mostró compungido, sino como aquellos incrédulos que asisten a una misa y tienen que santiguarse por puro formulismo, así el citado ex ministro pidió perdón “de labios para afuera”, como se dice.

_ El proceso seguido contra el ex funcionario, demostró hasta la saciedad que había recibido un millón de dólares, en cómodas cuotas mensuales, de parte de la hiper corrupta empresa brasileña Odebrecht, dineros que fueron, por medio de un tío suyo, tan buenito el señor, a parar en Andorra, una especie de “Paraíso Fiscal” europeo, donde los sabuesos que seguían la pista de ese millón, lo detectaron.

_ Sin embargo, el ex ministro, luego de reiterar su inocencia con pedida de perdón, dijo que no recibió un millón de dólares de Odebrecht, sino que había otros aportes, lo cual sería materia para nuevas investigaciones.

_ Y en cuanto al pago de dos millones de dólares en calidad de indemnización, que debe pagar Alecksey, no sabemos si rematarán sus bienes, o cómo mismo le harán pagar. Misterio. (O)