Doble homenaje

Mario Jaramillo Paredes

Quienes nacieron y crecieron en la primera mitad del siglo XX- especialmente entre 1910 y el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945- vieron cambios en una magnitud nunca antes vista, sostiene Guy Sorman en su obra: Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo. Aviones, electricidad, teléfonos, radio, antibióticos. Dos guerras mundiales. Los primeros estados comunistas en Rusia y China- países feudales- contrariando al marxismo que sostenía como dogma que la revolución debía darse en los países de capitalismo más desarrollado.

Antonio Lloret Bastidas y la gente de su generación vivieron en su juventud las consecuencias de esos cambios que transformaron al mundo occidental. Y sintieron la lucha entre lo viejo que se iba para siempre y lo nuevo que venía para quedarse. Antonio Lloret tuvo el equilibrio y capacidad para valorar lo que Cuenca había sido y lo que empezaba a ser. Quizá de allí nació parte de su producción intelectual en el campo de la historia comarcana y la literatura. Hacer historia y poesía en Cuenca era- a mediados del siglo XX- una forma de intelectualidad militante. Formado en la naciente Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca con un brillante grupo de profesores, ejerció la docencia y el periodismo. Pero al mismo tiempo investigó en el campo de la historia, dejando ensayos que son fundamentales para conocer mejor nuestro pasado. Hace docencia, periodismo e investiga el pasado.  Escribe bien documentado, con estilo sereno y analítico. Cuenca no le ha reconocido todavía el aporte que dio en este campo. Muchos textos que ruedan por allí están tornados de la obra de Lloret y, frecuentemente, sin citarle. Hoy, su familia como homenaje a los cien años de su nacimiento y al Bicentenario de la Independencia de Cuenca, presenta un importante libro que recoge una selección de sus escritos. (O)