Pausa importante

Más allá del esfuerzo necesario para satisfacer necesidades, el trabajo es un medio para realizarnos como personas mediante la creatividad que en distintos niveles se pone de manifiesto en este tipo de actividad. El trabajo, en la mayoría de los casos, requiere un ordenamiento del tiempo y de la relación con las personas que realizan la misma actividad. Desde luego repudiamos que de esta necesaria gestión de las personas algunos se hayan aprovechado para explotarlas en montos de remuneración y en número de horas, lo que en buena medida se ha superado mediante leyes que protegen a los trabajadores, aunque no sean las ideales.

El descanso, no es un vicio ni una irregularidad, es una necesidad y derecho, de allí que las sociedades hayan organizado el uso del tiempo con este propósito, por unas horas durante el día y espacios mayores en la semana, dándose también, aparte de las vacaciones a que todos tienen derecho, festividades que interrumpen esta rutina en las que las personas tengan posibilidades de esparcimiento festivo. La última semana del año es una pausa en la que prima la alegría y de alguna manera la solidaridad, alegría que tiene distintas en la navidad y el año nuevo, aunque en ambos casos esté presente la esperanza.

Con razón se ha calificado a la Navidad como la fiesta de la paz y en la mayoría de los casos, la celebración tiene lugar en los entornos familiares para robustecer y valorar mejor este tipo de vinculaciones de acuerdo con los mensajes de Cristo. En el año nuevo prima la euforia y las festividades de distinto tipo tienen lugar fuera de los hogares. En nuestro medio, la quema del año viejo es un evento que congrega a los barrios y con humor se incinera al que acaba de terminar para destruir lo negativo. En el año nuevo, se refuerza la esperanza para el cambio positivo con alegría y propósitos para corregir defectos o irregularidades personales. (O)