Ha pasado una semana desde que Juan Diego Palacios, cuencano, médico de profesión, quien se enfrenta a la primera línea de combate al COVID-19 en Estados Unidos, recibió la vacuna de Pfizer contra el coronavirus y de momento no presenta efectos adversos de consideración.
El médico fue uno de los primeros cuencanos en recibir la dosis en el mundo, comenta que confía plenamente en la eficacia de los anticuerpos ya que desde su profesión ha podido investigar y conocer los protocolos y especificaciones de la vacuna.
“Sentí un poco de dolor en la zona de la vacuna, nada que no sea soportable, otros colegas han presentado lo mismo, alguno quizás un poco de dolor de cabeza pero nada de qué extrañarse y molestias muy pequeñas frente a lo que es pasar por el coronavirus”, dice.
Recibir la vacuna, además, le da tranquilidad para él y su familia, ya que el personal médico tanto en Estados Unidos como en Ecuador está expuesto de forma constante a un contagio.
“Espero que pronto los colegas de Ecuador y de Cuenca especialmente puedan recibir esta vacuna, es una luz al final del túnel de todo lo que implica esta pandemia”, afirma.
Las dosis para el Ecuador se esperan para enero según informó el Ministerio de Salud Pública, los primeros en recibirlas serán precisamente el personal de salud.
Palacios recomienda tanto a sus colegas como a la población en general, no tener miedo a vacunarse, “no hay ninguna base científica que demuestre que la vacuna va a tener consecuencias en nuestros genes, pero si es una herramienta valiosa para hacerle frente a la pandemia” asegura el médico cuencano.
