¿Qué es lo que realmente celebramos?

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

No creo que sea egoísta el pensar que ciertas fechas se deberían celebrar cuando se disfruta de ellas, más no por obligación o por tradición. Nunca me llamó la atención esta época del año, incluso cuando era niña. Cuando salía de compras con mi familia y veía a niños pobres mirando los escaparates de los almacenes con su mirada ilusionada y triste, se me estrujaba el corazón y lloraba en silencio. Quería dividir mis regalos en muchos más para poder repartirlos entre ellos. Por eso, hasta hoy sostengo que la Navidad es una fiesta donde prima una gran desigualdad. Creo que cada uno tiene el derecho de elegir si quiere participar de ella o pasar en un ambiente tranquilo, sin tanta presión ni compromiso. Además, ¿qué es lo que realmente celebramos?

En 1644, en Inglaterra, los puritanos abolieron la Navidad por considerarla una fiesta pagana sin ninguna justificación bíblica de que Cristo hubiese nacido el 25 de diciembre, prohibiendo las actividades navideñas hasta 1660. Esta ley se abolió cuando Carlos II se convirtió en rey. Los puritanos estadounidenses también eran reacios a esta fiesta y, en Massachusetts, por las mismas razones que en Inglaterra, no hubo Navidad entre 1659 y 1681.

A falta de una fecha aproximada en la Biblia sobre el nacimiento de Jesús, algunos teólogos piensan que nació en la primavera debido a las referencias bíblicas de los pastores. En Israel, de noviembre a marzo, empieza la estación invernal donde caen abundantes precipitaciones y, en ocasiones, nieve. Es improbable que los pastores cuidaran sus rebaños al aire libre durante esos meses.

A fines de diciembre, los romanos celebraban el festival de la cosecha en el cual se daban regalos y las casas se decoraban con coronas. Gradualmente, los romanos adoptaron el cristianismo, pero en esta transición el calendario cristiano se apropió del pagano. Hoy, cristianos de todo el mundo celebran una tradición que tiene más de dos mil años de historia sin saber a ciencia cierta cuándo sucedió el nacimiento de Jesús. Desde la lógica, algo absurdo. Desde la tradición, no tanto. Algunos dirán que es una fecha simbólica creada por la iglesia y por eso hay que celebrarla. Sin embargo, es una paradoja el que carezca de sustento bíblico. Dejando de lado a la lógica, les deseo una Feliz Navidad. (O)