Retos y riesgos

Ana Abad R.

24 periodistas ecuatorianos murieron en ejercicio de sus labores, víctimas de la COVID-19; nuestro país es el segundo en América Latina con más descensos de profesionales de la comunicación en esta pandemia. La persecución a periodistas y a medios de comunicación marcan la historia de este oficio en las últimas décadas, aunque gracias a su trabajo y a sus investigaciones se ha podido descubrir las nefastas redes de corrupción que han desmantelado el país y a su institucionalidad. La crisis económica del país sólo obligó al cierre de varios medios –Ondas Azuayas, uno de ellos– sino ha dejado en el desempleo a decenas de periodistas y comunicadores. Aún no hay luces ciertas en la justicia ecuatoriana para resolver el asesinato de los tres compañeros de diario “El Comercio”. Un oficio que, sin duda, es uno de los más peligrosos, de los menos valorados, de los más criticados, de los más humildes, que no tiene horarios, cuyo trabajo cotidiano en las calles le convierten en un oficio de primera línea. “Oye y ¿por qué amas tanto ser periodista si trabajas mucho y te pagan poco?… No lo comprenderías” (Memes de Periodismo y Comunicación). Celebro y agradezco ser Periodista. (O)