Santos Inocentes de sátira y humor│Cuenca

En la ciudad de Cuenca de los Andes, la temporada de Santos Inocentes, va desde el 28 de diciembre, hasta el 6 de Enero; bromas, chanzas, “inocentadas”, chascarrillos, apodos, historietas, leyendas, crónicas, publicaciones, noticias, bailes de disfraces y comparsas en las calles, son infaltables en estas fechas de humor, crítica y subversión del statu quo. 

Preparar caretas, máscaras o antifaces, trajes o maquillajes, caracterizar a los personajes, memorizar textos, contrapuntos y coreografías es un proceso teatral-comunicativo que requiere ensayos, concentración y perseverancia, como lo haría cualquier compañía de teatro profesional, con la diferencia de aquí los participantes son ciudadanos, aficionados que resaltan su habilidad para practicar teatro popular: imitando voces, vestuario y movimientos de personajes conocidos en el ámbito público, tocando temas coyunturales. 

La temporada de Inocentes se la toma con seriedad, a largo de los años se ha consolidado como un álbum de anecdotario, donde hay años insignes en los que se escenificaron las caídas de presidentes, los desaciertos de alcaldes, prefectos y diputados, las frases comprometedoras, el cambio de siglo, las pandemias, o la famosa e icónica, “Noche de los Giles”, un sinónimo del editorial del p r o f e s o r Edmundo Maldonado, en Diario El Mercurio de los años 80 del siglo XX, en el que se burla de la supuesta predicción de un terremoto en esta ciudad. 

Otra singularidad de la temporada de Inocentes fue la participación destacada con compasas de barrios, parroquias, gremios de profesionales, facultades de universidades, colegios, academias de danza y familias. 

El Colegio de Ingenieros Civiles del Azuay ganó por varios años en las comparsas, cuando se las hacía en la avenida Solano. 

Recordamos la famosa escenificación de “Los Cordeiros”. También rememoramos las destacadas participaciones de los colegios Benigno Malo, Técnico Salesiano, La Salle, Antonio Ávila, o de las Facultades de Arquitectura, Ingeniería, Medicina, Jurisprudencia o Filosofía de la Universidad de Cuenca y de la Universidad Católica de Cuenca. Así como la de las familias Vanegas y Flores, o la de los hermanos Tello de la calle Sangurima, que se destacaban por caracterizar a varios personajes como “María la wawa”, “Atacocos”, “Carlitos la bicicleta”, varios ex alcaldes y ex presidentes, policías y militares. 

A lo largo de la caracterización histórica de los Inocentes se han dado personajes singulares como los “payasos”, a los que se les cantaba: “payasito payasón, dame pronto la lección”, y estos respondían con coplas en cada esquina. Otra caracterización fue la de las “viudas” (hombres vestidos de mujer) que pedían dinero por bromear. Hubo una muy particular en la que los jóvenes se ataviaban de mujeres con los uniformes de los colegios femeninos de la ciudad, algunas veces gritaban: “sanduchito, sanduchito”, esa práctica, con el tiempo fue prohibida y erradicada por considerarse obscena. Cuando un hombre se reviste de mujer en las diferentes instancias socio-culturales de los Andes, está presente la figura del chachawarmi que define la paridad de hombre y mujer para formar un solo ser. 

La fiesta que rompe el statu quo 

Para la iglesia católica, en estas épocas de finales de año, en el Siglo V en Judea, el rey Herodes mandó a envenenar a los niños menores de dos años para que Jesús de Nazaret no llegue a ser rey. Desde allí estos niños son considerados como los Santos Inocentes por su sacrificio. 

En la Edad Media esta celebración toma otro giro y se rompen cánones. Se realiza la “Fiesta de Locos” para mofarse de los obispos por sus excentricidades y excesos, la escenificación en las calles es una especie de carnaval con disfraces destacados como el dios Baco, el centauro macho o el centauro hembra, lo que connotaba un libertinaje en la ingesta de alcohol. Una variante de esta misma época es la “Fiesta del Asno”. Se disfrazaba a un asno con ropa clerical para burlarse de los obispos. Asimismo había excesos de comida y bebida, baile, antifaces, disfraces y mascaradas. 

En suma, fueron tiempos de liberación y subversión para entrar a una temporada de reflexión. Con la herencia de estas manifestaciones culturales, en la época colonial apareció la fiesta de Santos Inocentes y Mascaradas para recordar a los niños asesinados, pero también se dio La Fiesta de Reyes en donde los niños reciben la “Rosca de Reyes”, caramelos y regalos para homenajearlos. Estas manifestaciones culturales llegaron a América con la llegada de los españoles, pero adquirieron otras singularidades por el secretismo con la Fe Andina, practicada por los pueblos originarios. 

De hecho, el 6 de Enero -Santos Inocentes-, es también un recordatorio de la gran Pascua del Sol, el Kapak Raymi, que se celebra en estas épocas de finales y comienzo de año en el Tawantinsuyo. Había música, danza, comida, bebida, muchos se untaban ceniza en la cara y el cuerpo, para depurar su espíritu y prepararse para otra temporada de ayuno y reflexión, una especie de depuración anual del organismo.

Del Día de los Inocentes a las Mascaradas en Cuenca 235 

En los años 60 y 70 del siglo XX, los Santos Inocentes recorrían las calles de Cuenca ataviados con disfraces, antifaces y máscaras que imitaban a políticos, artistas del momento, cantantes, futbolistas y colegialas. 

En los años 80, el radiodifusor Daniel Pinos, gerente de Radio Cuenca y el artista Víctor Arévalo, convocan a los revestidos y denominan al evento Mascaradas, este acontecimiento cultural duró muchos años. 

Luego, y hasta el momento, tomaron la posta de este proceso cultural, Amistad Club y la Unión de Periodistas del Azuay, mostrando otros matices como la categorización para el concurso anual. 

Si bien hasta hace unas décadas los protagonistas de esta fiesta eran los integrantes de barrios populares y parroquias rurales, estudiantes universitarios, colegiales, gremios de profesionales y familias que tomaban los Santos Inocentes y Mascaradas como palestra política-ideológica para la denuncia social, hoy los nuevos protagonistas están entre los organismos privados, las universidades privadas y públicas, y los centros culturales que emprenden en otros códigos de análisis social, quizá con mensajes más globales, quizá bajo la lupa de la “espectacularización”, más que del mensaje social de humor burlesco, que es el verdadero espíritu de esta singular forma de comunicación cultural. 

La globalización y la posmodernidad han influenciado notoriamente en la producción de los códigos culturales actuales, los Santos Inocentes y Mascaradas no han escapado a esta realidad, hace unas décadas la migración hacia Estados Unidos y Europa sentó las bases de esta influencia, pero en los últimos años por el efecto de la televisión por cable, cine, Internet y el consumo de tecnología a través de teléfonos celulares, tablets, ordenadores y plataformas de juegos electrónicos, la influencia notoria viene desde el Asia con sus comiquitas y tribus urbanas, con las conveniencias de vestir, peinarse y ver la vida desde otros puntos de vista. 

Esto se ha notado en los últimos años en especial en el montaje coreográfico de las universidades de la ciudad que concursan año a año con temáticas globales inspiradas en este tipo de cosmovisiones urbanas de la postmodernidad. Este 2021 no se celebró el Día de los Santos Inocentes y Mascaradas, debido a las medidas biosanitarias de distanciamiento social por efectos de la pandemia, provocada por el SARSCoV2. 

Sin embargo los organizadores de este proceso cultural, Amistad Club y Unión Nacional Periodistas del Azuay, con el apoyo de la Municipalidad de Cuenca, homenajearon a los “mantenedores”: familias, barrios, instituciones, parroquias, personajes, que cada año participan con gran entusiasmo para que la tradición nunca muera y siempre se renueve. (F)