La vida en este planeta y muy particularmente en el mundo andino, resultaría una quimera sin la trascendental presencia de un sistema silvícola extraordinario, que lamentablemente ha sido erosionado por acciones antrópicas a punto de hacer desaparecer poblaciones importantes, por ejemplo el Nogal, la Cinchona, Bálsamo, Motilón, Pumamaqui, Caoba, Romerillo, Cedro, Arrayan, Huahual, etc. Los estudios conducen a una valoración integral de los bosques y su conservación como epicentro de vida, de la generación hídrica de cuyo volumen dependemos todos los seres vivos, en pueblos y ciudades y para las prácticas agrícolas y ganaderas, así como la generación hidroeléctrica y todo proceso que requiera el concurso del más noble compuesto líquido de la naturaleza calificado como oro azul.
Con verdadero placer he recibido una obra bibliográfica titulada “Arboles de los bosques de las estribaciones orientales de la cuenca del río Paute”, cuyos autores son Danilo Minga, Nubia Guzmán y Mayra Jiménez, Investigadores de la Universidad del Azuay, a quienes brindo mi sentido aplauso, así como al Fondo del Agua para la conservación de la cuenca del Río Paute.
El Ecuador brilla en el contexto internacional por su rica biodiversidad por unidad de área, pero también el índice de deforestación por explosión demográfica y mal uso del suelo, caotiza y destruye los ecosistemas silvícolas naturales, además la presencia de quienes se nutren de los recursos naturales y son gestores de alimentar el cambio climático, contaminación ambiental, degradación edáfica, calentamiento global y pérdida de la biodiversidad. Los Andes poseen una densidad de más de 5000 especies por 10000 km2 (Barthlott et al. 2005).
Continuemos divulgando estos importantes temas entre niños y jóvenes, propietarios de esta riqueza invaluable. (O)
