Bla y más bla, bla

Aurelio Maldonado Aguilar

La puntuación de profesionales del derecho para ser jueces, no les alcanzó para ser nombrados en altas funciones. Pasa igual con médicos y otros profesionales que optan por trabajar a través de rigurosos concursos, mientras qué, para ser electo por votación popular, los políticos no tienen nada más que apegarse a un partido, algunos incluso, fraudulentos y prestos a la venta al mejor postor. Se demuestra claramente que, nuestra política debe, urgentemente, ser revalorizada y que aspectos vitales de sapiencia, experiencia, ética y moral, se consideren para candidatizarse. Deplorable debate de presidenciables, que en floridos y no pocos trabados discursos, ofrecen oro y moro, como suele decirse, sin tener respaldo sustancioso del como lograrán hacer lo ofrecido. Este tipo de demagogia aclara además algo que nos cuesta aceptar, la real bipolaridad de votantes. Los unos que podría llamarse de clase media, alta y culta, en contraposición franca con una falange que lo único que les interesa es obtener bonos sin trabajar para gastárselo en cervezas y molicie; que le regale el estado su sustento así sea mínimo; que les ofrezcan casa así fuere humilde, pero gratis y no les interesa educarse y entender el horroroso y crucial momento político que vivimos. En concreto, nuestro bello y rico país se vuelve incómodo para bandos en franca confrontación, cosa que, en el futuro podría ser muy peligroso. Mientras empresarios y profesionales correctos luchan por crean empleo y riqueza, los otros solo están atentos a dadivas que, ayer, fueron sanduches, cola y solicitudes para optar por casa propia y hoy, igualmente, están siendo comprados por mil dólares para mil familias y otras linduras, en la más asquerosa demagogia. Casi todos los candidatos tienen en la punta de la lengua el mismo remoquete: crear empleo, mantener la dolarización, bajar impuestos y el más peligroso por las consignas que trae en sus espaldas y que, como cualquier orate, pretende poner de ejemplo Cuba y Venezuela, infelices países caídos en manos de narcotraficantes y delincuentes que les sumieron en la mayor inopia, cosa que pretendieron hacer con nosotros en la famosa década y solo fuimos salvados por las fuerzas armadas que no se dejaron coimear en sus estratos -Gabela a la cabeza- Estas elecciones son cruciales, pues escogeremos entre seguir luchando y flotando o hundirnos en manos de ladrones ya probados y juzgados. (O)