El que debe pagará

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

Si, hoy me siento triste. Decepcionado. Y disculpe estimado lector si escribo con ánimo sombrío. Pero es que… ¡Qué triste es la política cuando se convierte en forma y se vacía de contenido! Esa política que se construye de estrategias publicitarias que reemplazan a la oratoria de los antiguos líderes y procuran cubrir la pobreza de conceptos.  Los ejércitos de “estrategas políticos” que convierten a la democracia en un simulacro y lo reducen todo a un ejercicio de publicidad. Las encuestas innumerables que alimentan con números la vanidad del candidato e indagan los anhelos del pueblo para hacerlos discurso. Demagogia pura al final del día.

Y tal vez el problema sea justamente ese: hemos convertido a la política en un ejercicio vacío. En una comedia donde elegimos una y otra vez a los autores del desastre. A esos que pasan años creando miseria y luego salen a la calle para abrazar a los mendigos.  La política reducida así a un ejercicio anestésico que adormece al pueblo para hacerle olvidar quienes son sus captores. Para que olvide quienes son los vampiros de su cielo y los elija una y otra y otra vez.

El ejercicio de saturar las ciudades de publicidad hasta la impertinencia. Los rostros y los nombres repetidos en millares de posters y suvenires en campañas políticas que cuestan millones. Gasto grosero, gigantesco e inexplicable para meter por los ojos las ideas que fueron incapaces de sembrar en la razón. Gasto que obliga a “financiar” la campaña saltando a un abismo del que es muy difícil regresar. Millones invertidos en las redes sociales, nuevo espacio inmaterial en el que las opiniones se dan desde la cobardía del anonimato. Millones invertidos en las sacrosantas encuestas que al principio explican y después nos señalan la dirección en la que se mueve la voluntad popular. Que siembran la infame idea de “votar por el que va ganando”. Del votar “por el que tiene un chance”, que equivale a votar por el que tiene el presupuesto. Olvidando que aquel que debe pagará.

¿Encuestas? ¿Más encuestas? Para qué, si ya sabemos que todos hemos perdido … (O)