El colmo del centralismo

Ocho días después del aún opaco proceso de vacunación contra el Covid-19, Cuenca conoce que la lista de quienes debieron ser inmunizados vino elaborada desde “planta central”.

Con este eufemismo se quiere esconder al Ministerio de Salud, desde donde, como sucede en las demás Secretarías de Estado y en otras instancias del Ejecutivo, se decide la suerte “de las provincias”, otra grosería verbal creada por la dorada burocracia enquistada en la capital, y acaso su industria más rentable.

El Ministerio de Salud le debe una explicación a Cuenca sobre cómo es posible que hasta se atribuya la potestad para ver quiénes deben vacunarse en el hospital Vicente Corral Moscoso y, posiblemente, en los demás centros de salud de la provincia.

Como si aquí no hubiera la Coordinación Zonal del Ministerio o la administración del hospital. En estas dos instancias se debió elaborar la lista, con prevalencia del personal de salud que está en primera línea de combate a la enfermedad.

Pero también es cuestionable la mansedumbre de las autoridades de esas dos dependencias. Pues, tras la protesta de los médicos hasta permitieron que desde “planta central” les callen para no dar declaraciones a los medios de comunicación.

Sí, hasta eso hace el centralismo. Desde “las provincias” los funcionarios públicos deben pedirle autorización para hablar o no con la prensa. Se cree dueño hasta de la información. Sucede en todos los Ministerios.

Ahora que les dieron permiso para hablar se descubre que la lista, aún secreta, se hizo en Quito. Según la Defensoría del Pueblo en Azuay, apenas el 5 % de los vacunados corresponde al “personal médico de primera línea”.

Urge que el Gobierno, de darse el plan masivo de vacunación, piense en que no solamente el Estado sea el que lo diseñe y distribuya las dosis. Bien haría en pedir la participación de las cadenas de distribución privadas, y hasta permitir que los centros de salud particulares importen la vacuna.

Lo que se quiere es salvar la vida de todos; mientras en menos tiempo, mejor, Si se deja que solo lo haga la “planta central”, la hecatombe y la corrupción se vendrán encima.