La vida, un instante

Josefina Cordero Espinosa

Los pensadores de todos los tiempos describen la vida y la muerte según sus experiencias; uno de ellos expresó que la visión de existir es subjetiva, emocional y que filosofar “es aprender a morir”.

El nacimiento con el que se inicia la vida, es comenzar el camino de la muerte por el que todos transitamos; en su recorrido observamos el cumplimiento de esa constante eterna del nacer y el morir como extremos del ciclo que los seres vivos, unos más temprano que otros, deben cumplir para volver a comenzar; lapso corto o largo que no agota el diseño de lo animado y que Newton proclamaba como aquello que nunca ha nacido y jamás morirá.

La vida humana se desenvuelve en distintos comportamientos que pueden ser buenos o malos, importantes o banales, dejando para el recuerdo su huella positiva o negativa. En este hoy de sociedad consumista donde prima la diversión y el dinero, gran parte de las conductas las impone el placer y la posibilidad de pagarlo, no ya la ética ni las virtudes que a pesar de ser normas básicas de la verdad y la justicia, van quedando para que pocos las cumplan. Pero en el momento en que el espíritu de la juventud se rebele y hiera en un espacio sin tiempo, se alzará una sonrisa desde la desgracia. (O)