Democracia…

Eduardo Sánchez Sánchez

Es el gobierno elegido por el pueblo, voluntad colectiva, representante de la mayoría, mandante y servidor  de todos, personaje vestido de ética y honradez tanto en su vida privada cuanto pública, honesto a tiempo completo y humilde por inteligente, ajeno a la prepotencia, al engaño, a la denostación, cumplidor de su palabra, fiel al pueblo que confió en su meritoria y deseos de servicio.

La democracia es ajena a la oclocracia y es la manifestación extrema como las protestas que se  producen cuando el mandante cuya obligación es la observación de la LEY, burla su aplicación. Según Rousseau, la degeneración de la democracia hacia la oclocracia se produce cuando la voluntad general cede ante las voluntades particulares. Es la oclocracia el poder o gobierno ejercido por la muchedumbre y no representa voluntad colectiva, más bien turbulencia y agitación de una muchedumbre.

La madurez de la Democracia, obliga a respetar la voluntad popular y se han dado muchas denuncias de actos reñidos con la licitud, lo cual genera desconfianza e ilegitimidad.

La calidad de los legisladores y su accionar a futuro, ya es motivo de preocupación, así como hay personas que con frente en alto y ética en su accionar, hay los levanta manos  por intereses que no coinciden con el desarrollo y crecimiento nacionales, sino más bien con lo turbio de lo personal.

Cuán importante es honrar la palabra, cumplir con lo acordado, tanto de parte de autoridad pertinente al acto electoral como es el CNE, así como de los intervinientes, que más allá de la esquina olvidan lo que acordaron y no con pistola en la sien. El pueblo ya hizo lo suyo, venciendo el temor de la pandemia y espera el cumplimiento de la voluntad, el respeto social, político, económico y el actuar por reconstruir a un país atacado por la pandemia de la corrupción. (O)