El Covid19 afecta especialmente a la población en condiciones de pobreza, con limitado acceso a servicios básicos y prestaciones de salud, educación y transporte, pero se evidencia poco de las afectaciones que ha tenido en las mujeres, adolescentes y niñas.
La pandemia agravó conflictos sociales y económicos. La violencia intrafamiliar o violencia sexual contra mujeres, niñas y adolescentes creció de manera alarmante, en este año se registran 110 delitos sexuales y 15 muertes violentas contra menores, además de 118 femicidios. En lo referido a salud, UNFPA, desvela que, por cada trimestre que se prolongue la interrupción de los servicios de salud sexual y reproductiva habrá dos millones adicionales de mujeres que dejen de usar anticonceptivos con un efecto inmediato en el crecimiento de embarazos no deseados y abortos inseguros en el país.
En lo laboral, la encuesta ENEMDU evidencia que durante la pandemia la tasa de mujeres desempleadas en Ecuador es 4 puntos mayor que la de hombres, 38 % de mujeres tiene empleo adecuado versus 62 % de hombres. La sobre carga laboral que las mujeres enfrentan con el teletrabajo, el cuidado de niños y adultos mayores, y asumir tareas para las cuales no estamos preparadas como la educación virtual, el uso y acceso a nuevas tecnologías, y vernos privadas de socializar o circular libremente, afecta nuestra la salud mental y nuestra capacidad de acción, 76 % de las mujeres ha incrementado en un 20 % su carga de trabajo de cuidado.
Este marzo, mes de la mujer, es prioritario reconocer las necesidades de las mujeres en el contexto de Covid19, somos la mitad de la población y seguimos viviendo discriminación, violencia e indiferencia Estatal.
