En el Parque Pumapungo, cinco deslizamientos vulneran los muros

Los técnicos en Conservación, Marcelo Guiracocha y Diego Matute, verifican uno de los colapsos. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Lo que pasa en el Parque Arqueológico Pumapungo es algo atípico y preocupante. En este mes se han registrado caídas de muros en cinco puntos producto de las intensas lluvias que ha registrado la ciudad, mientras que la parte superior tiene acumulación de agua.

El equipo de restauración y conservación evaluó estos deslizamientos que ya son intervenidos para su recuperación.

En el parque, ese imponente espacio de estructura inca, hay hombres trabajando bajo una carpa. En otros puntos hay plásticos negros que cubren los espacios con problemas.

Mikel Villaverde, analista de Conservación y Restauración, explicó que estos deslizamientos pasan siempre, pero no de una forma seguida. En años anteriores se registraban uno o dos colapsos en todo el año.

Ahora, la intensa lluvia de las últimas semanas obligaron a tapar esos espacios con plástico y una carpa para que no afecten más.
En estos puntos afectados levantaron información, tomaron medidas, evaluaron el estado interno y aplicaron un plan de acción que fue aprobado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC.

Intervención

El viernes, Manuel Suqui y Juan Robles trabajaban en una de las zonas donde se desprendió un metro de piedras, pero donde intervendrán ocho metros por existir riesgo latente de colapso.

Villaverde indicó que para el trabajo retiran todas las rocas, constatan el interior para determinar hasta qué parte está carcomido, hasta dónde el mortero está compactado, ven que las piedras tengan cara plana para que se sostengan una sobre otra y mantengan la presión que viene desde las laderas.

“Estamos utilizando técnicas ancestrales de reparación. Muchas veces sí nos pasa que tenemos que conseguir nuevas piedras y componentes que traemos de diferentes canteras”, detalló el analista, y aclaró que buscan que las piedras no sean trabajadas sino que sean naturales como las utilizadas en la época inca.

Diego Matute, responsable de la Unidad de Conservación y Restauración, explicó por ejemplo que para el mortero se mantiene el original con la mezcla de arcilla, paja, arena, pero también químicos modernos para mejorar la compactación y duración del trabajo, todo bajo los lineamientos del INPC.

Los colapsos están ubicados en el Akllawasi occidental, que registró un desprendimiento que está reparado; en Akllawasi oriental que registró un desprendimiento el jueves, en la extensión de la terraza 5 donde hay otro colapso, en la extensión de la zona sur de la terraza 7 y otro en esta misma terraza donde se realizan las reparaciones.

En la parte superior, junto a Kurikancha o Templo mayor, un espacio cargado de historia y ritualidad, basta con caminar para comprobar que la acumulación de aguas lluvias mantienen en terreno esponjoso y lodoso.

Villaverde dijo que buscan colocar un pequeño tubo para hacer un drenaje que sea poco visible y que no afecte lo original. Estas intervenciones se realizan con materiales que ya contaban.

Los encargados de hacerlo son Manuel Suqui y Juan Robles, quienes comparten el sentimiento de responsabilidad y orgullo sano para que todo lo hecho con sus manos perdure entre ocho y diez años.

Preocupación

Para René Cardoso, director del Museo y Parque Pumapungo, existe preocupación por la situación de todos los espacios. En esta semana cumplió un mes en el cargo y aseguró que encontró “una situación muy deprimida”.

“Asumí este reto en un momento tan difícil de transición, en un momento donde todos se retiran, cuando no existe un solo centavo de recurso de las entidades públicas, existe un despedazamiento del tejido social del país…”.

Reconoce que la ciudad “ya no puede esperar más”, que se han ido acumulando problemas históricamente y que es necesario tener una visión más técnica de lo que son los museos y vestigios arqueológicos, con su significado para la población, para sus identidades y sus propias memorias.

Habló que más que una emergencia material, existe una emergencia humana con las personas. “Estamos privando  de dar beneficio del derecho de accesibilidad a la cultura de nuestros ciudadanos”.

Y habló de la evaluación que se hace y que ha permitido conocer una realidad, pero que tiene esperanza de recuperación con el compromiso de todos, en especial de las autoridades locales para que no vean a la cultura como algo de adorno, para que los presupuestos de fiestas puedan destinarse a este y otros espacios que requieren atención urgente. (I)