Vacunas y tercera edad

En Ecuador, a las deficiencias que desde el comienzo se detectaron en el proceso de vacunación contra el Covid-19 se suman otras no menos desagradables: la de orden técnico y la de privilegio.

Justo cuando las personas de la tercera edad tenían la certeza de ser inmunizadas, fracasó el proceso de inscripción en la página web del Ministerio de Salud Pública.

Este Ministerio debió prever los miles de accesos que iban a ocurrir. De todas maneras, son factores fáciles de remediar desde el punto de vista técnico, a fin de garantizar el servicio previsto en su plan de vacunación.

Mientras el país palpaba tal deficiencia, se enteró que en Guayaquil y en Quito un reducido grupo de personas de la tercera edad accedía a la vacuna, incluso antes de comenzar el proceso de inscripción.

Se trata de personas pertenecientes a clubes particulares, cuyos representantes han justificado. Dicen haber tenido el visto bueno del Ministerio de Salud.

Tan engorrosa situación hizo que ese Ministerio disponga la inmediata separación de los funcionarios responsables, sobre todo en Guayaquil.

El trasfondo del hecho no va por el lado de censurar la vacunación a aquellas personas, sino la del privilegio, algo por lo cual tanto se criticó al ahora exministro de Salud, Juan Carlos Zevallos.

Esa lección no ha sido asimilada. Más bien ha exacerbado los ánimos. Según la Constitución todos los ecuatorianos son iguales ante la ley. No hay distingos de raza, religión, credo político, situación social ni económica.

Pero sobre aquellas situaciones hay otra realidad a tomarse en cuenta y muy en serio. Es la de miles de personas de la tercera edad sin acceso a internet, peor a un computador, y sobreviven solos. Están en las áreas rurales, en los sectores urbano-marginales de las ciudades grandes y pequeñas.

Corresponde al Estado, a los gobiernos seccionales, a organizaciones cuya misión es la labor social, ayudarles para que sean inscritos y luego vacunados.

Es la hora de la solidaridad, del orden, del respeto a los demás. En esto el gobierno debe dar ejemplo. Que la inmunización llegue a todos y a su debido tiempo.