Lo que se juega en las elecciones…

Mario Jaramillo Paredes

Las elecciones de abril marcarán el futuro de nuestro país.  Y, el futuro de Rafael Correa y su movimiento. Si pierde su creatura- Arauz- lo más probable es que el correísmo se acabe. Si gana, volverán para quedarse, no cuatro años, sino cuatro décadas.

Los movimientos políticos como el correísmo no sobreviven sin la presencia de su líder. No aguantan diez años sin la presencia del caudillo. Ejemplos existen en nuestro país. Uno de los más notables es el velasquismo. Con el doctor Velasco Ibarra ocurría que era derrocado y luego regresaba para estar presente en las próximas elecciones y las ganaba. Pero, excepción hecha del quinto velasquismo-que vino siete años después del cuarto-en los otros períodos sus ausencias nunca fueron mayores a los cuatro años. Cuando se separó definitivamente, el antes invencible velasquismo, desapareció para siempre.

Igual que no hay velasquismo sin Velasco, Poncismo sin Ponce Enríquez, Bucaramismo sin Bucaram, o Gutierrismo sin Lucio, no hay correísmo sin Correa presente. Por eso es fundamental para él, ganar a través de Arauz, estas elecciones. Ha sobrevivido cuatro años. Pero ocho es imposible. Y, él y su grupo saben que no hay futuro para el movimiento, con el líder fuera por ocho años.

Si gana a través de su creatura (Arauz) el correísmo regresará y para quedarse de largo. Asegurarán la continuidad del poder por todos los medios, incluida otra constituyente que reforme la Constitución, indulte a los sentenciados y fugados y permita una nueva elección del caudillo. Aprendieron la lección y no dejarán el poder. Lo mantendrán por las buenas o por las malas. Unos porque se sienten predestinados. Otros, porque se enseñaron a las delicias del poder y añoran la farra y los millones de dólares fáciles. (O)