Economía y campaña

Si bien los candidatos finalistas para la Segunda Vuelta Electoral, han tratado el tema de la Economía, que sin lugar a dudas es fundamental para la marcha del país y su futuro, no lo han hecho con la debida profundidad, sino tan solo mediante propuestas puntuales como mantener la dolarización, los subsidios, eliminar algunos impuestos, etc., pero los electores no han recibido propuestas claras respecto al manejo económico, dentro de los enfoques de cada uno de los aspirantes.

Para nadie es desconocido que el Ecuador actualmente mantiene en un difícil equilibrio a su economía, gracias a los créditos otorgados por el Fondo Monetario Internacional y otros organismos multilaterales, a cambio de que se cumpla una serie de condicionamientos. Fácil es decir por parte de algún candidato de que estos condicionamientos podrían incumplirse, pero en la práctica ello significaría situar al Ecuador en la lista de países que no honran sus compromisos, con lo cual la concesión de nuevos créditos que va a requerir el país, debido a que no hay visos de recuperación en su economía a corto plazo, no se produciría, y el Estado tendría que conseguir empréstitos mucho más onerosos si cabe, con el problema paralelo de que aumentaría el denominado Riesgo País.

Por ello, es muy importante tratar el tema económico en una campaña que ya concluye con la debida seriedad, ya que cualquier actitud demagógica en torno al manejo financiero, solamente sirve para crear falsas expectativas. Sin una economía sana, resulta imposible cumplir una serie de ofertas de cara al electorado, y mejor harían los candidatos en ser parcos en cuanto a este tipo de ofrecimientos, que únicamente tienen el objetivo de incrementar el número de sus votantes, sin reparar en que esos mismos votantes al cabo de pocos meses verán frustradas sus aspiraciones y exigirán el cumplimiento de aquellas promesas fáciles de decir, pero de muy improbable cumplimiento. Con el Ecuador en crisis, el baratillo de ofertas resulta altamente irresponsable.