Para Rosalía Arteaga, la primera mujer que fue electa como vicepresidenta, los cambios que se dieron, primero en el Congreso y luego en las Constituciones, con los que se retiraron las funciones específicas al Vicepresidente de la República, significaron una pérdida para el país, pues se relegó a un segundo plano a una autoridad que también es electa por el pueblo ecuatoriano.
“A mí me parece que ha sido una pérdida, porque ahora las funciones dependen de la relación que exista entre las dos autoridades y de los deseos del presidente de encomendar tareas. No está bien en el sentido de que el pueblo también lo eligió y es una función extremadamente importante. Debe tener funciones específicas”, dijo Arteaga, quien puntualizó que durante su mandato asumió la planificación del Estado.
La exvicepresidenta señaló que una buena opción para dar una función importante a este cargo es a través de un mecanismo establecido en Uruguay, donde existe la bicameralidad y el vicepresidente dirige el Senado.
“Con esto se articulan las funciones del Ejecutivo y el Legislativo de manera transparente”, dijo.
Sin embargo, para Arteaga el papel que según la Constitución debe cumplir actualmente un vicepresidente, que es reemplazar al presidente, sigue siendo vital, pues garantiza la vigencia de la democracia; aunque la secuencialidad no se respetó en su caso y el Congreso la retiró del cargo y nombró a Fabián Alarcón como mandatario interino, lo cual la política califica como un “golpe de Estado congresil”. (ASM)-(I).
