De héroes a villanos…

Roberto Vivar Reinoso

Santa o Mayor llama el cristianismo a la semana pasada, donde su fundador va de la gloria al escarnio, de la cima al abismo, del sueño a la pesadilla, de la alegría al dolor, de la muerte a la vida.

Y es la misma muchedumbre que lo vitorea el domingo de ramos, bate palmas a su paso, lo exalta, aquella que horas después grita ante Pilatos: “crucifícale, crucifícale”. Inclusive el apóstol que le sucederá en el rectorado de la religión fundada por el Maestro, le negará tres veces “antes de que cante el gallo”. Nada digamos de Judas, otro cercano suyo, que le entregará a los verdugos por treinta monedas tras darle el beso de traición.

Ejemplo acabado de ese vaivén existencial que experimenta cada ser humano, pasando el héroe a villano y viceversa a veces en minutos. Pues cuanto más encumbrado se encuentra, peor es la caída; otras veces en cambio como el ave fénix resurge de sus propias cenizas, para alcanzar alturas insospechadas.

Nadie escapa de ello calladamente o tal vez a la luz pública, aunque la historia recoge los casos trascendentes. A nivel mundial: Mahatma Ghandi, Napoleón Bonaparte, Benito Mussoline, Adolf Hitler, Patrice Lumumba; los americanos Simón Bolívar, Martin Luther King, Hugo Chávez, Antonio José de Sucre, Diego Maradona; Ecuador tiene los suyos: García Moreno, Eloy Alfaro, Velasco Ibarra, Rafael Correa, Jorge Glass y otros adalides de la “revolución ciudadana” que están levantándose nuevamente impulsados por la voluntad popular, mientras Lenin Moreno y Alianza País se hunden electoralmente hablando.

Esto crea un ambiente tenso reflejado especialmente a través de las redes sociales, porque el balotaje de este mes además de los resultados presidenciales, confirmarán el resurgir de ideologías y personaje que el actual gobierno intentó borrar del mapa nacional.