Nuestra memoria, en manos de la inteligencia artificial

Jordi Ferrer

¿Tendrán nuestros hijos o nuestros nietos la capacidad de repasar algún día la ingente cantidad de fotografías y vídeos que acumulamos? Es evidente que, aun disponiendo de los soportes y reproductores necesarios, necesitarían demasiado tiempo. Por eso nuestra memoria ya está en manos de la inteligencia artificial. Hace años que la inteligencia artificial nos ofrece extractos de nuestra información almacenada en el móvil o en la nube. Pequeños recuerdos de un determinado viaje, un encuentro o efeméride. Es sencillo para un ordenador o un móvil hacer un álbum con una determinada selección de fotos; es decir, que podemos pedirle que recopile fotos con cierta geolocalización, en las que aparezcan rostros de familiares o bicicletas o una chaqueta roja, por ejemplo. Pero seguramente muy pronto toda esta tecnología podrá dar un paso adelante y ofrecer al usuario imágenes o experiencias que actualmente parecen ciencia-ficción.

¿Una serie en cinco capítulos sobre nuestra vida? ¿Con nuestra banda sonora favorita, la música que escuchábamos en cada momento? ¿Será eso posible? Hasta ahora se pensaba que la creatividad era la asignatura pendiente de la inteligencia artificial, pero, ya se puede comprobar que esta tecnología es capaz de crear imágenes de personas o paisajes que no existen, de componer música o textos. Creo que sería posible que una empresa especializada pudiese, a partir de todo lo que sabe de nosotros, inventarse fotos o vídeos de nosotros de vacaciones en algún lugar paradisíaco o crear álbumes totalmente ficticios de nuestras vidas.

Nuestros abuelos tenían una foto de su comunión y otra de la boda. Es muy probable que con el paso de los años no tengamos ni tiempo ni ganas de ver tantas fotos y vídeos, es un proceso inabarcable, muy poca gente tiene los medios y la capacidad de ser tan metódica en la conservación. Por lo tanto, creo que estas tecnologías están borrando nuestros recuerdos, suprimiendo nuestra memoria, en la medida en que desaparecen ciertos soportes o una red social entera, como pasó con Tuenti, y con ellos parte de nuestra vida. Recurrir a la nube probablemente sea la única solución. (O)