Los “acuerdos” en la Asamblea

Análisis político Marco Salamea Córdova

La fragmentación política que caracteriza a la nueva Asamblea Nacional, donde ningún bloque legislativo tiene una mayoría absoluta, hacía inevitable los acuerdos políticos para poder nombrar a sus autoridades y estructurar sus comisiones. si bien lo ideal hubiese sido un acuerdo entre sectores parlamentarios que tengan coincidencias ideológicas, en la práctica esto no se dio porque el dualismo correísmo-anticorreismo sigue dominando la escena política nacional.

En efecto, el primer intento de estructurar un acuerdo legislativo entre UNES, PACHAKUTIK y la ID no prosperó, pues la animadversión al primero pesó más que cualquier coincidencia programática. En este contexto UNES, que es la primera fuerza política en la Asamblea, para no quedar aislada cedió a la propuesta del PSC y de CREO de formalizar un acuerdo parlamentario; acuerdo que, hoy se sabe, fue sellado en una reunión en la que estuvieron físicamente Nebot y Lasso, y de manera virtual Correa.

La ruptura inesperada de este acuerdo en la sesión inaugural de la Asamblea, por parte de CREO, tuvo nuevamente como motivo la oposición al correísmo; pues, el presidente elegido Lasso terminó cediendo a las voces que cuestionaban dicho acuerdo y que clamaban por que se deshaga. La consecuencia inmediata fue la ruptura de la alianza con CREO por parte del PSC.

El posterior acuerdo de CREO con PACHACUTIK (que incluyó también a la ID y a asambleístas “independientes”), y que es el que finalmente permitió elegir a las principales autoridades de la Asamblea, también recibiría críticas; una de estas por parte del ex candidato presidencial Yaku Pérez, quién finalmente como protesta terminó separándose de PACHAKUTIC. Este último acuerdo, sin embargo, se ha evidenciado como muy frágil; además de que, más temprano que tarde, los desacuerdos programáticos e ideológicos con el Gobierno de Lasso forzarán a PACHACUTIK a asumir una conducta de oposición al mismo.

Estos “acuerdos”, pero también los desacuerdos, que evidencian el gran maquiavelismo de nuestra política criolla, tenderán a ser la tónica de la gestión de la Asamblea Nacional; en un contexto en el cual, por lo tanto, la reiterada cantaleta de la “gobernabilidad” no será plenamente cumplida en el próximo periodo gubernamental. (O)