¿Azuay será integrada al país?

Hugo Lucero Luzuriaga

Una interrogante como que pueril y descabellada, empero, es sensata en función de la discriminación y abandono que históricamente ha sufrido la provincia, induciendo a pensar que el Ecuador termina en la provincia de Chimborazo, situación de desatención como consecuencia de un absurdo centralismo que apunta a que sarcásticamente se pronuncie el aserto: “Quito capital Guayaquil”.

Paradójicamente, lo que más llama la atención es que Cuenca ha aportado con ministros, viceministros, asambleístas, directores y más autoridades nacionales que han servido a los gobiernos de turno, empero, desatendieron a la tierra que los vio nacer (con pocas excepciones), e incluso algunitos llegaron hasta a “quiteñizarse” ante la apatía y tolerancia de los conciudadanos.

Aspiramos que el Azuay y el Austro sean atendidos como se merecen por el flamante Gobierno de Lasso, además de que, ha causado satisfacción en la ciudadanía que un hijo “morlaco”, el Ingeniero Marcelo Cabrera Palacios conforme el Gabinete Presidencial en calidad de Ministro de Transporte y Obras Públicas. Creemos que su elección es acertada en consideración de su experticia, su experiencia política- administrativa y sus antecedentes positivos de servicio a su ciudad y provincia.

Empero, el cumplimiento cabal de funciones ministeriales requiere de la colaboración y comprensión de un tejido social ante la carencia de recursos económicos, siendo necesaria la aplicación inteligente y oportuna de nuevos modelos de gestión, desechando el paternalismo político y clientelar, cumplimiento emergente y urgente con la provincia que adolece de adecuadas vías de comunicación y hasta con un peligro inminente de aislamientos poblacionales por el potencial derrumbe del cerro Tamuga. Sumemos la casi ausencia de trasporte aéreo y la necesidad de algunas obras públicas que urge la provincia del Azuay y el Austro.

Señor Presiente Lasso, estamos seguros que con usted el Azuay se integrará al país de progreso, además de que con el Ministro Cabrera, renace la ilusión y la esperanza de que, al menos, tendremos vías equiparadas con las de otras provincias mejor atendidas en un Ecuador inequitativo. (O)