Corrupción asintomática

¿Cómo entender el suicido, en 2019, del expresidente peruano Alan García, enjuiciado tras el escándalo de Odebrecht; y hace pocos días la posible similar decisión del exsecretario de la Presidencia y exministro de Energía, durante el gobierno de Lenín Moreno, investigado por presunta delincuencia organizada, al igual que el contralor general, ¿detenido?

Aprovechar la función pública para enriquecerse ilícitamente sin siquiera atisbar lo que puede suceder; no pensar que el honor propio y el de la familia se puede derrumbar de un solo tajo; creer que el país importa poco o nada y peor el pueblo llano y sencillo es, en verdad, como para escudriñar hondo en la psiquis humana.

Darse cuenta, y ya tarde, que se dejó envolver por el monstruo de la corrupción y que la Justicia le caiga encima, más la inefable crítica ciudadana, y luego optar por el suicidio, no es concebible, máxime si se considera que son personajes con alto recorrido político, con solvencia económica, con estudios de tercer y cuarto nivel, y con clara conciencia de lo que implica robar.

Ahora que Ecuador estrena un nuevo gobierno, el ojo crítico de todos debe poner sus radares alrededor de quienes lo conforman: desde el amanuense de una tenencia política hasta el mismísimo gobernante, pese a su fortuna. Igual a los asambleístas.

No se duda de la honorabilidad de nadie. Pero vale insistir: en Ecuador la corrupción debe acabar. Esto debe ser parte de un proyecto como país. No más corruptos, unos huidos, otros indagados; otros procesados; otros, presos, pero esperando gozar de lo robado; otros suicidándose.

Es que, al igual que por el Covid-19 hay enfermos asintomáticos, de pronto asoman burócratas asintomáticos, pero infestados del virus de la corrupción y, sin dar señales, comiencen a succionar los dineros del Estado y a cometer otros atropellos en contra de la moral pública.

El Presidente Lasso promulgó el decreto ejecutivo de Normas de Comportamiento Ético Gubernamental. Una buena estrategia, sin duda; pero si no hay el compromiso de conciencia en cada funcionario será poco o nada efectiva.